El Sevilla nos tiene acostumbrados a proezas impensables en los últimos doce años, pero pocas como la que hoy se le presenta en una final en la que todo lo tiene en contra.
El Barça no sólo es el auténtico dominador de esta competición, con sus cuatro últimas finales y tres títulos, o sus 29 entorchados; sino que es un equipo que sólo ha cedido un partido esta temporada en competición nacional -la Supercopa de España pertenecía a la pasada campaña-, es el club que va a ganar la Liga, el que tiene más presupuesto del mundo con sus casi 1.000 millones, el verdugo del Sevilla en sus dos últimas finales (Copa y Supercopa), al que sólo han ganado los de Nervión en una ocasión en sus últimos 20 enfrentamientos...
No es fácil, pero tampoco imposible. La presión es de ellos. Y el mérito será mayor. A por la sexta.
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