Con sólo 22 años, Fabián Ruiz debe tomar una decisión de suma importancia en su carrera. Una responsabilidad de proporciones mayúsculas que exige mantener la mente lo suficientemente fría como para realizar un análisis exhaustivo de la situación para minimizar todo lo posible el margen de error.
Evidentemente, no se puede predecir el futuro, pero mientras más valore cada factor de la ecuación menos riesgos correrá y menos opciones habrá de que le ocurra lo de Ceballos.
El palaciego debe tener en cuenta el rol principal que desempeña en el Betis y que le permitirá seguir creciendo, y asegurarse del papel que le reservan en el destino donde vaya, pues dar un paso atrás en protagonismo jugaría en contra de su proyección. El Betis, mientras tanto, sólo puede esperar y tener la espalda cubierta por si acaso.
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