Que un jugador genere dependencia no es malo de por sí, es negativo si dentro del plantel no se pueden encontrar soluciones para suplir sus ausencias o momentos de forma. Es más fácil en equipos como el Barcelona encontrar recursos para no echar de menos incluso al mejor del mundo, pero en un Betis donde Rubén Castro ha marcado o asistido en tres de cada cuatro goles es una buena noticia que otros sumen para la causa en el apartado ofensivo. Es bueno que descienda este porcentaje, no porque el canario marque menos, sino porque los demás colaboren más. En este sentido, contra el Celta el equipo de Mel completó probablemente el mejor partido de la temporada sobre todo porque enfrente había un equipazo. Frente al equipo de Berizzo, que acostumbra a dominar los encuentros, gozó de mayor posesión (60-40, también cuando eran 11 contra 11) disparó 22 más que su rival y botó ocho saques de esquina sin conceder ninguno. Además de Rubén hay jugadores que ya están dando un rendimiento muy cercano a su tope como Petros, N´Diaye o Cejudo y otros que se acercan a una versión buena de sí mismos como Dani Ceballos y Joaquín. Si a eso empiezan a sumarse los goles de Jorge Molina habrá más argumentos para evitar la ´Rubendependencia´.
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