La derrota en Eibar ha diluido algo el 'efecto Víctor' en el Betis, aunque la expulsión de Piccini sirve como coartada para mantener intacta la confianza desatada tras el primer partido. Al entrenador madrileño le ofrece ahora el calendario una serie de tres partidos consecutivos en casa, el de Copa contra el Deportivo y los dos de Liga ante el Celta y el Athletic, para refrendar las sensaciones logradas contra Las Palmas.
Tres encuentros que pueden servir para mantener la calma después de todo el ruido generado durante la etapa de Poyet y para construir las bases de un Betis que hace más de ocho meses que no es capaz de ganar dos partidos seguidos.
Son, además, tres de los últimos cinco duelos que restan antes de que acabe el año y que definirán con qué sabor se marchan los aficionados a tomar las uvas. Pero más que el clima que se respire en las vísperas de 2017, importa el que puede haber antes de la Junta General de Accionistas bética, en la que ´Ahora, Betis, Ahora´, tendrá que buscar de nuevo esa mayoría que le permita seguir trabajando al frente del club. Derribado el paraguas de Poyet, desde la planta noble de Heliópolis siguen con expectación la evolución de un Betis que en el estreno de Víctor dio sensaciones de haber retomado el pulso a la campaña, y del que esperan unos resultados que les otorguen un respiro antes de la junta.
Enrique García
