Sigue siendo el favorito, pero hoy el
Manchester United da menos miedo que el 11 de diciembre, cuando se conocieron los emparejamientos de los octavos de la
Champions. Entonces casi se firmaba llegar vivos al partido de vuelta en
Old Trafford ante un equipo que triplica en valor de mercado al
Sevilla y que cada año ocupa plaza en el podio de los clube más ricos del planeta junto a
Real Madrid y Barcelona.
Es una trayectoria inversa a la vivida la temporada pasada, cuando el
Sevilla se veía en cuartos tras el sorteo que le emparejó con el
Leicester y a medida que se acercaba el choque fue diluyéndose hasta caer eliminado por un equipo que reaccionó tras la destitución de
Ranieri y la contratación de
Shakespeare.
El
United perdió ayer el segundo de sus últimos tres partidos en la
Premier y ve amenazada su segunda plaza liguera, mientras que el
Sevilla llega con la moral alta tras la clasificación para la final de la
Copa y el balón de oxígeno que supuso ganar al
Girona en el
Sánchez-Pizjuán.
A
Montella se le dan bien las eliminatorias. Alcanzó una semifinal de
Europa League con la
Fiorentina y la que le enfrentará al
Barcelona será la segunda final copera de su carrera -perdió contra el Nápoles en Italia con la Fiore-. Eso sí, se enfrenta al maestro, un Mourinho con dos Champions (Oporto e Inter) y una Europa League (Manchester United) en su haber.
El
Sevilla afronta la eliminatoria desde el respeto a un equipo que ha gastado 747 millones para conformar una plantilla con
Pogba, Lukaku, Alexis o Marthial, por los 160 de inversión de un
Sevilla que a día de hoy cree que puede plantar batalla.