"Eso es pasado". Esas fueron las palabras exactas de José Castro cuando le cuestionaron, minutos antes de partir rumbo a Bilbao, por aquellas que Del Nido pronunció hace siete años antes también de un partido crucial en la Catedral. "Nos vamos a comer al león de la melena a la cola", aseguró el entonces dirigente sevillista. Una de sus siempre atrevidas proclamas que, en ese caso, y en contra de lo habitual, no tuvo el efecto deseado. Pero los tiempos han cambiado. Y el pasado al que se refiere Castro no sólo es temporal.
También es una manera de decir que esas formas ya son historia en su club. Cuando aterrizó, la gran mayoría pensó que no sería más que muñeco en manos de Del Nido, aun con éste en prisión. Pero los hechos han venido a demostrar que ese nuevo estilo que el utrerano propugnó desde el primer día no era una promesa vacía. Se puede ser igual de ambicioso sin caer en la prepotencia. A muchos sevillistas, de hecho, no les gustaba. Y ahí está Castro, viajando con su equipo de nuevo a unos cuartos de la Europa League, con dos títulos en el bolsillo y una final de Copa en el horizonte.
También saca pecho, porque tiene motivos para ello pese a la decepción de ver la Champions, vía Liga, como una quimera, pero nada de leones, melenas ni colas. Máximo respeto hacia el Athletic y su fortaleza como local, sin perder nunca la ambición.
Fernando Mateos
