El centrocampista del
Anderlecht Steven Defour acabó expulsado del estadio
Maurice Dufrasne de Lieja, donde fue recibido con una gran animadversión por el público, que desplegó en uno de los fondos del recinto una enorme pancarta que reflejaba su cabeza cortada.
Defour, que jugó durante cinco años en el
Standard, regresó a
Lieja como integrante del
Anderlecht, máximo rival, en el encuentro de la vigésima tercera jornada de la
Liga de Bélgica.
La afición preparó la bienvenida del que fue su futbolista del 2006 al 2011, antes de fichar por el
Oporto después de una controvertida salida.
Defour fue incapaz de abstraerse del ambiente y se mostró nervioso durante todo el choque. En el minuto 53, lanzó un balonazo al público cuando su equipo debía devolver un balón al
Standard, tras ser atendido un jugador sobre el césped. La pelota impactó a un grupo de seguidores.
La grada mostró airadamente su rechazo a la actitud del jugador. Los aficionados lanzaron objetos desde la grada, incluidas algunas sillas del recinto y el partido estuvo detenido durante algunos minutos.
El árbitro mostró la tarjeta roja a Dufour, que se negó, inicialmente, a abandonar el terreno de juego. Se marchó aplaudiendo irónicamente al público.
Un fondo del estadio, al inicio del encuentro, había desplegado un 'tifo' con Defour decapitado y la leyenda "rojo (colores del
Standard) o muerte".
El
Standard aprovechó después su superioridad numérica para encarrilar el partido. A la hora de partido,
Laurent Ciman adelantó al cuadro local, que sentenció el choque en el 87 por medio del brasileño Igor de
Camargo.
El
Anderlecht encajó su cuarta derrota de la temporada. Es segundo a dos puntos Club
Brujas. El
Standard es cuarto.