El fisioterapeuta de la selección uruguaya
Walter 'Manosanta' Ferreira, quien obró "el milagro" de que el delantero Luis Suárez pudiera disputar el
Mundial de Brasil con apenas 28 días de recuperación de una artroscopia en la rodilla izquierda, falleció hoy en Montevideo a los 64 años.
El vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF),
Alejandro Balbi, dijo a Efe que "el mundillo del fútbol en el país está muy consternado" por la muerte de
Ferreira, quien padecía cáncer y llevaba ingresado desde hace unos días en Montevideo debido a que su estado de salud había empeorado.
"Era un referente para todos nosotros, dirigentes, técnicos, jugadores y para la afición en general", dijo Balbi.
Ferreira era querido en todo Uruguay a pesar de su vínculo con el Nacional, que junto al Peñarol divide la hinchada del país.
El fisioterapeuta tenía una relación especial con
Suárez, a quien, contra todos los pronósticos, puso a punto para que alcanzara a jugar frente a Inglaterra en el segundo partido de la Celeste en el Mundial de
Brasil.
Suárez se había lesionado el 21 de mayo de 2014 durante un entrenamiento. Las cosas comenzaron mal para
Uruguay en el Mundial al perder en el debut por 3-1 ante
Costa Rica, el 14 de junio. Pero cinco días después, 'el Matador' reapareció frente a Inglaterra y marcó dos goles.
Al marcar el primero corrió al banquillo para abrazar efusivamente a
Ferreira, a quien conocía desde hacía más de una década, cuando el goleador llegó desde
Salto, ciudad del noroeste, a Montevideo para incorporarse a las divisiones juveniles del Nacional. "Para muchos jugadores era como un segundo padre", declaró Balbi.
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