El Zenit San Petersburgo, que se había mostrado en las últimas temporadas muy conservador a la hora de rascarse el bolsillo, amenaza ahora con romper el mercado de fichajes.
Tras quedarse por segundo año consecutivo sin Liga de Campeones, el director del consorcio gasístico Gazprom, Alexéi Miller, ha perdido la paciencia y ha decidido tirar la casa por la ventana.
No tiene muchas opciones, ya que esa ya ha sido la principal exigencia que, según la prensa local, le ha puesto esta semana sobre la mesa el italiano Roberto Mancini para fichar por el equipo de la antigua capital zarista.
Mancini, que ya ha estado un año en blanco, no quiere riesgos y quiere fichar a una docena de jugadores contrastados, varios de ellos que militan en la liga italiana.
Ahora que Rusia empieza a salir de la profunda recesión en la que se encontraba sumida su economía, Gazprom parece dispuesto a sacar de la hucha los petrorrublos y dar esas garantías al transalpino.
La prensa publicó una foto de Miller con Mancini, que aparece todo sonriente, en lo que la prensa ha interpretado como una confirmación de que el italiano firmará con seguridad por el Zenit por dos temporadas.
El italiano, 52 años, cobrará anualmente unos 5-6 millones de euros al año, más de lo que recibió en su tiempo otro italiano, Luciano Spalletti (Roma), que ganó dos ligas en sus cinco temporadas en Rusia.
Mancini ganó tres títulos de liga con el Inter de Milán y uno con el Manchester City, además de una copa turca en su única temporada con el Galatasaray.
Desde que fichara en 2012 al brasileño Hulk del Oporto y al belga Witsel del Benfica por la friolera 100 millones de euros, el Zenit decidió tomarse un respiro.
De hecho, a principios de 2016 traspasó a Hulk al fútbol chino por unos 55 millones de euros y posteriormente Witsel también cedió a la tentación del yuan, tras haber estado a punto de firmar por la Juventus.
El giro copernicano del Zenit comenzó con la destitución del rumano Mircea Lucescu, que fracasó estrepitosamente al quedar en tercer lugar y ser eliminado en los dieciseisavos de final de la Liga Europa.
Lucescu, de 72 años, llegó a San Petersburgo con la vitola de técnico curtido en mil batallas, ya que con el Shakhtar Donetsk ganó la antigua Copa de la UEFA y dominó el fútbol ucraniano durante más de diez años.
Además, al cargo de director general del club ruso ha regresado Serguéi Fursenko, quien presidió el Zenit durante la época más exitosa del equipo (2003-2008), que ganó la liga, la UEFA y la Supercopa de Europa, tras lo que dirigió la federación rusa.
"¿Es verdad que el principal candidato al cargo de entrenador del Zenit es Roberto Mancini? Sí, es verdad", dijo al canal de televisión Match TV.
Precisamente, otro italiano, Massimo Carrera, ganó este año la liga al frente del Spartak Moscú, que no se alzaba con el título desde 2001, sequía que le había convertido en el hazmerreír de Rusia.
Carrera asumió las riendas del equipo ya comenzada la temporada tras la destitución del ruso Dmitri Alenichev y, contra todo pronóstico, logró levantar el título.
"¿Mancini como entrenador? Ganó varios títulos en Italia y también fue el número uno en Inglaterra. Esos logros hablan por si mismos", dijo.
En su opinión, Mancini es un "digno representante de la escuela italiana", cuyos técnicos se llevaron la liga en Italia (Allegri), Inglaterra (Conte) y Alemania (Ancelotti).
En el pasado, entrenaron al club ruso técnicos de renombre como el holandés Dick Advocaat, el portugués André Villas-Boas y el italiano Spalletti, pero estos dos últimos no lograron triunfar en Europa.
La prensa también informó de que en caso de que Mancini no llegara a un acuerdo con el Zenit, el club maneja varias alternativas.
Suenan el técnico del Nápoles, Mauricio Sarri, cuyo equipo ha quedado en tercer lugar en el campeonato italiano, y el del Sassuolo, Eusebio di Franscesco.
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