El Real Madrid no tiene un pase más. En la casa blanca ya no tragan a su actual técnico y pretenden que el portugués José Mourinho deje su cargo ya. Tanta prisa ha entrado en los despachos de Chamartín que incluso varios medios han informado que se pretende que
Toril, técnico del filial, ejerza de primer entrenador en los dos últimos encuentros. Una decisión que provocaría, además, daños colaterales, puesto que de un plumazo se borraría también a
Aitor Karanka, hombre que ya estaba incluido en la estructura del primer equipo antes de la llegada de el luso y que podría abandonar la entidad el 30 de junio.
El motivo, o los motivos, que llevan a la directiva blanca a prescindir del preparador luso en estos momentos ya son de sobra conocidos. Su afán de notoriedad y su sempiterna insistencia en crear incendios allá por donde van han provocado el hartazgo de
Florentino Pérez. El último episodio, la imagen ofrecida por
Mou en la Copa del Rey y su negativa a saludar al monarca Juan Carlos I, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Sin embargo, quienes deslizan ahora estas causas desde la planta noble del Bernabéu, olvidan que el portugués siempre se ha comportado así y que cuando ha conseguido títulos no sólo se le han reído las gracias, sino que además se ha plantado cara a la Prensa y se ha atacado frontalmente a todo aquél que ha cuestionado los métodos empleados para conseguir los resultados.
En principio, las partes se reunirán a principios de esta semana para liquidar el asunto. Se da por hecho de que no habrá indemnización en ningún sentido. Mourinho cobrará hasta el 30 de junio y después se marchará libre al Chelsea.
Florentino Pérez, además, espera reconducir la situación y calmar a buena parte de sus figuras, puesto que no hace mucho, hasta cinco grandes jugadores de la plantilla lanzaron un órdago en la mesa del presidente: si él se queda a partir de junio, nosotros nos vamos.
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