El Sindicato de Árbitros pide que se tomen medidas

La agresión a un colegiado reabre el debate sobre la seguridad arbitral

El partido entre el Arraultzaldeon y el CD Ortuella tuvo que suspenderse cuando un jugador visitante propinó un puñetazo al árbitro y otro se encaró con el linier.

La agresión a un colegiado reabre el debate sobre la seguridad arbitral
Campo de fútbol de Bolue, donde tuvo lugar la agresión. - Pablo Pozuelo
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura
Lamentable incidente el ocurrido durante el pasado fin de semana en el partido que enfrentó al Arraultzaldeon y el CD Ortuella, de la Primera Regional Vasca, en los campos de fútbol de Bolue, en Getxo. El encuentro tuvo que ser suspendido en el tiempo de descuento cuando el árbitro recibió un puñetazo de un jugador que acababa de expulsar. Así lo recoge el colegiado, que además tuvo que ser atendido en un centro médico, en el acta:

El motivo de la suspensión del encuentro es el siguiente: En el minuto 90, después de haber señalado un saque de banda, el asistente 1 me llama para comunicarme que el jugador nº 17 D. ____________________ le ha dado una patada a un adversario no estando el balón en juego, motivo por el cual le expulso como se detalla anteriormente. Una vez le muestro la tarjeta roja, dicho jugador me golpea con su mano cerrada impactando en la cara, de tal manera que me causa la avulsión del incisivo inferior derecho, según redacción del parte médico. Por ello, se me ha de retirar el fragmento de la cara posterior del incisivo.

Fruto del golpe caí al suelo. Al levantarme y comprobar que tenía una hemorragia en el labio, así como el diente roto, me dirigí hacia el vestuario acompañado por los dos asistentes y el delegado de campo, el cual estuvo a mi disposición en todo momento, interesándose por mi estado de salud.

Una vez en el vestuario, el asistente 1 me comunica que el jugador nº 9 D. __________________ le había sujetado de la cara con sus manos, en el tumulto que se generó tras la expulsión. Estando en el vestuario, el informador del comité de árbitros que se había personado, procedió a llamar a la fuerza pública (112). Unos minutos después se presentó una patrulla de la Ertzaintza. Una vez explicado lo sucedido, procedieron a ir a identificar al agresor, lo cual no pudieron hacer ya que el jugador se había marchado de las instalaciones. Es por ello que la identificación se tuvo que hacer mediante la licencia federativa. Con los datos que me facilitaron acudí a la comisaría y presenté la correspondiente denuncia.


Tras conocer los hechos acontecidos, el Sindicato de Árbitros -creado recientemente con el objetivo de denunciar y proteger a los colegiados que sufren agresiones por todo el país- se ha puesto manos a la obra para pedir que se tomen las medidas oportunas para que esto no vuelva a ocurrir, incluso solicitando una huelga.

Así, se dirigen en el comunicado donde informan de todo a la Federación Vasca de Fútbol (FVF) para que se pronuncie al respecto y cree un proyecto que mejore las condiciones de estos jueces deportivos. A la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y sus órganos territoriales por no hacer nada al respecto, pidiendo también la marcha del presidente Ángel María Villar. Y por último, al Consejo Superior de Deportes (CSD) para que maneje un asunto "que hace mucho que se fue de las manos y que tiene a los miles de árbitros de este país conviviendo con la violencia cada fin de semana y con el miedo a unos dirigentes que la ocultan a sabiendas que el inmovilismo y la falta de información es la mejor receta para mantener sus cargos vitalicios".

La violencia en el fútbol, gran parte de ella contra los árbitros, es un gran problema que se debe erradicar de este deporte, para lo que deben trabajar los organismos correspondientes para velar por la seguridad y los aficionados y equipos muestren respeto por los colegiados, muchos de ellos trabajando coartados cada fin de semana por los campos de España.
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