El partido comenzó algo lento, falto de ritmo, en parte a lo descafeinado que venía el choque, no por el mismo, sino por las circunstancias de la clasificación (el Barcelona diez puntos por encima del Madrid) y la Champions en el horizonte. Los azulgranas llevaron algo más el peso del partido, y los blancos quedaban replegados atrás. No obstante, eso no quitó que Suárez se quedara solo con la portería para hacer el 1-0, pero el uruguayo no atinó y se dejó el balón atrás.
Poco después, Piqué apareció providencial para cortar un pase de Cristiano a Benzema, en boca de gol. El encuentro se iba animando, llegando al minuto 14, el de Johan Cruyff, nuevamente homenajeado en estos 60 segundos con una nueva ovación. Sin embargo, el Barça no encontraba la llave de dedicarle algún gol, que a punto estuvo de llegar con un lanzamiento de Rakitic a la media vuelta, tapado bien por Keylor Navas.
Y en el 24', la jugada polémica de la primera mitad, donde Ramos, a juicio del árbitro, sacó limpio el balón en la internada de Messi. La respuesta, de Cristiano, la tapó bien Bravo de puños. Poco antes del descanso, Alves y Benzema dispusieron de sendas ocasiones, pero ninguno acertó, mandando cada uno sus disparos por encima del larguero.
En definitiva, una primera parte falta de pimienta, en la que algo debía pasar para que subiera de revoluciones. Es decir, hacían falta goles. Y estos llegaron más pronto que tarde, aunque antes dio tiempo a que Messi probara a Keylor Navas con un potente disparo. El argentino, que justo antes había lanzado fuera una falta, encontró los guantes del costarricense, que voló para enviar su disparo a córner.
El tanto del Barcelona parecía estar cerca, cosa que finalmente sucedió.
Piqué, de cabeza a la salida de un córner,
rompió las tablas iniciales, poniendo de cara el partido a un Barcelona que parecía dar por finiquitada la Liga. No obstante, el fútbol es algo impredecible, y eso debió pensar Zidane, que mandó a los suyos arriba en busca del empate, que, por otro lado, no tardó en llegar.
Siete minutos después del 1-0,
Benzema logró la igualada, tras una gran jugada en conducción de Marcelo hasta la frontal y un centro de Kroos, tocado por Alba para que quedase ideal para un remate de volea, como el del francés, en el área pequeña, donde Bravo nada pudo hacer.
Así, partido nuevo a falta de media hora, pero las sensaciones eran diferentes. El punto de inflexión indicaba que los blancos estaban mejor sobre el césped, más fuertes físicamente que un Barcelona cansado y partido en el mediocampo. Los cambios, tardíos, fueron al final claves, pues Jesé, que sustituyó a Benzema, le dio aire también a un equipo que le faltaba ese sprint para llegar al área.
A Bale le anularon un tanto por falta sobre Jordi Alba, y poco después fue el lateral quien sacó un remate del galés que había sobrepasado a Bravo. Era el momento del Real Madrid de pegar el zarpazo definitivo, y, como otros años,
fue Ronaldo el que decantó el clásico, en el segundo palo, tras un centro de Carvajal y un no despeje de Alves, que no llegó al centro del madrileño. Este tanto, además, se sobreponía a la expulsión de Ramos, por doble amarilla, justo antes del gol del portugués.
De ahí al final no pasó nada. El Barcelona estuvo falto de ideas y no tiró siquiera a puerta, siendo doblegado por un Madrid que abre una ventana de esperanza en la liga, a siete puntos del Barcelona más el average, que son ocho. El Atlético, a seis, sigue en la disputa, a falta de siete jornadas por jugarse.
Ficha técnica:
FC Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busquets, Rakitic (Arda Turan, min.73), Iniesta; Messi, Neymar y Luis Suárez
Real Madrid: Keylor; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Casemiro, Modric, Kross; Bale (Lucas Vázquez, min.90), Benzema (Jesé, min.78) y Cristiano.
Goles: 1-0 (56') Piqué;
1-1 (63') Benzema;
1-2 (84') Cristiano.
Árbitro: Hernández Hernández (comité canario). Mostró cartulina amarilla a Carvajal, Luis Suárez y Mascherano. Expulsó a Sergio Ramos (82') al ver dos amarillas.
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