Un año para olvidar. Eso es lo que piensan los integrantes de un Antoniano que iniciaron la temporada a finales de agosto con unas perspectivas radicalmente diferentes a las actuales.
"Mi lesión ha sido la última desgracia. Este año es para escribir un libro", señala Isaac, portero titular del Antoniano, que en el calentamiento del pasado encuentro contra el Alcalá tuvo que dejar su puesto a su compañero Miguel.
"Ante el Cádiz B tuve que pedir el cambio en un saque de puerta porque me dio un tirón la espalda. El otro día me probé, pero no pude", declaró el alcalareño, que una resonancia ha dictaminado que sufre una lesión de espalda, que le ha obligado esta semana a realizar intensas sesiones de recuperación con la vista puesta a la final de mañana contra el Pozoblanco:
"Las sensaciones son positivas", señala el jugador lebrijano.
Y es que Isaac confía en que la suerte cambie de una vez para el Antoniano.
"Después de formar un buen equipo, nos ha pasado de todo: Ramón Barroso se fracturó tibia y peroné; Diego, la rodilla; Juanfran sufrió una lesión en el ojo; de todos los delanteros que hay en España, se fijan en Melquíades para irse a Vietnam; se fueron Jorge Vázquez, Lolo Yedra, Sergio Beato... Lo de este año no tiene lógica. Sin embargo, afronto con optimismo este encuentro; el equipo ha entrenado a tope esta semana. Hay un San Juan-Ayamonte y un Arcos-Mairena que nos puede favorecer, siempre que ganemos, ya que si no lo hacemos la salvación habría que descartarla", consideró.
El cancerbero del cuadro lebrijano añade que:
"Había equipo para habernos salvado, como demuestra el buen inicio que tuvimos, pero luego surgieron los problemas. Se ha quedado una plantilla de una media de edad muy joven, aunque repito que soy optimista", finalizó el guardameta.
Carlos Vizcaíno2 min lectura