Lebrija entera se volcó en las celebraciones por el ascenso

El pitido final del colegiado desató la euforia y la fiesta en Lebrija el pasado domingo con el histórico ascenso de la Lebrijana a Tercera división.

Los dos goles de Jesús Granado ante la Olímpica Valverdeña dieron la victoria y el ansiado ascenso a Tercera de un conjunto que ha cuajado una temporada para enmarcar y que se estrenaba en la categoría con el objetivo claro de buscar la permanencia. Pero lo que parecía un imposible acabó convirtiéndose en realidad y Lebrija seguirá teniendo un representante en la Tercera división, tras el triste descenso del Antoniano. Esta alegría mitiga en parte aquella decepción y los aficionados locales podrán seguir disfrutando del fútbol de la cuarta categoría a nivel nacional.

Pero antes de pensar en la próxima temporada en Tercera, había que celebrar la gesta. La fiesta comenzó justo tras el pitido final, cuando los aficionados locales, que había abarrotado las gradas del Municipal de Lebrija, invadieron el terreno de juego para celebrar junto a sus jugadores. Los lebrijanos olvidaron por unas horas sus preocupaciones del día a día y se volcaron en los festejos junto a una plantilla que merece todos los reconocimientos posibles por su temporada.

Los protagonistas de la gesta disfrutaron con su afición antes de la celebración más íntima en el vestuario. Una vez en la caseta no faltaron los tradicionales manteos y las duchas para el cuerpo técnico, el mismo que ya consiguió el ascenso a Primera Andaluza. Tras unos minutos celebrando en su santuario, la plantilla volvió a salir al terreno de juego para seguir la celebración con el público, que no se movió del Municipal esperando a sus héroes. La fiesta se trasladó posteriormente a diferentes puntos de la localidad sevillana y se alargó hasta altas horas de la madrugada. Una merecida alegría para la gente en tiempos de crisis. Ahora toca soñar con el futuro inmediato, la Lebrijana será equipo de Tercera la próxima temporada.