A sólo tres puntos se quedó el
Paradas el año pasado de bajar a
Tercera Andaluza, un dato que contrasta con el cuarto puesto en
Primera Andaluza de sólo tres campañas antes. A esta dinámica negativa había que ponerle freno, y en el
Espinar Reyes pensaron en dos hombres para ello.
Alfonso Lozano y
Fran Fernández decidieron coger los mandos del
Paradas y, hasta ahora, la decisión no ha podido ser más acertada: colíder en
Segunda Andaluza con dos triunfos de prestigio, uno en La
Puebla del Río y otro goleando al
Tomares. Y mañana, visita al
Antonio Puerta para medirse con el
Nervión, el otro primer clasificado.
“El objetivo es la salvación, no pasar apuros, aunque no renunciamos a nada; si vamos de ‘tapados’ es mejor. Lo que queremos es sentar las bases para que haya un equilibrio en el club”, dice
Lozano, primer entrenador
albivioleta de sólo 31 años que viene de triunfar con los juveniles del
Sevilla Este, y que para esta aventura paradeña pensó en
Fran, de 41 años, como segundo. El ayudante explica así cómo surge esta buena relación entre ambos: “Él (Alfonso) es del
Cerro del Águila, y yo soy de la barriada
Federico García Lorca, que está muy cerca. Alfonso entrenaba en la cantera del
Cerro y yo jugaba en el primer equipo, y ahí fue donde entramos en contacto por primera vez. Hace tres años me dio la oportunidad de entrenar con él, y hasta ahora estoy encantado”. ¿Y qué aporta un segundo entrenador?: “Diálogo con los jugadores, apoyo y experiencia”, responde Fran.
Por su parte, Alfonso habla del “secreto” del tándem
Lozano-Fernández. “Es la amistad y el compañerismo que tenemos. Anteponemos el bien del equipo al nuestro, y las decisiones que tomamos siempre las consultamos entre ambos”, apunta el míster del
Paradas, que también habla del “rejuvenecimiento” al que ha sometido al equipo de
La Campiña: “Era necesario porque el pueblo estaba algo cansado y la gente había dejado de ir al campo, así que tocaba apostar por chavales jóvenes de allí, como J
avi González, Isco, Sergio o Joaqui, más veteranos que viven ahora una segunda juventud, como
Serafín, Nacho, Óscar o
Migue”.