Carlos Alberto decidió ponerle fin el pasado verano a su dilatada carrera como futbolista. No era la primera vez que lo hacía, puesto que ya hubo otra ocasión en la que colgó las botas. Pero al igual que entonces, este coriano de 32 años volvió a sentir la llamada del balón, a la que no pudo decirle que no.
Fue el guardameta
Diego Martínez, excompañero suyo, quien intermedió entre Carlos Alberto y
José Antonio Granja para que éste convenciera al futbolista para que volviera a vestirse de corto. "Estuve a punto de dejar el fútbol, pero me llamó Granja y me convenció. Ahora me encuentro muy a gusto en el
Castilleja, la verdad es que no me esperaba tan buen ambiente. Hay un compañerismo impresionante, y por eso todo nos va tan bien", dice un futbolista que el pasado sábado marcó un gran gol de cabeza ante el
Utrera, contribuyendo así al triunfo castillejano por 3-0, además de con su buen fútbol: "No empecé jugando, pero el míster me está dando confianza. Yo me encuentro en plena forma y el equipo va a más".
La vuelta al fútbol de Carlos Alberto ha sido una gran noticia, pero no sólo Diego y José Antonio Granja han tenido la culpa de ello. El propio medicentro lo explica. "No pude ver jugar a mi padre porque se retiró cuando yo era muy pequeño. Él jugó en el
Piscinas Coria, y era conocido como ´Grande´", comenta con cierto pesar Carlos Alberto, quien no quiere que a su hija le ocurra lo mismo que a él: "Ella es fiel a mis partidos, siempre viene conmigo. Ella es mi pilar, la que me da fuerzas para para seguir jugando al fútbol".
Ahora, Carlos Alberto vuelve a disfrutar de este deporte, algo que ve "como un hobby", pero que no es impedimento para "dar el máximo" cada fin de semana y en las sesiones de entrenamiento. Es, como él mismo dice, tener "las ganas de un niño".