La llamada de este diario coge a
Boris en uno de los clásicos por estas fechas almuerzos navideños. Sin embargo, el fútbol es el motivo de la cita, ya que la reunión cuenta también con la presencia de
Gonzalo, Jesús Galván, Pana, Son o Tena, entre otros. Son los protagonistas del
Alcalá de la pasada campaña, un equipo al que le faltó “la puntilla de subir” y que contó con un “plantel humano y deportivo que pocas veces se da”, según el propio Boris.
Este año, las cosas, de momento, están yendo por un camino diferente. La actual decimocuarta plaza contrasta con aquella fase de ascenso a
Segunda B jugada el pasado curso, algo que no preocupa al centrocampista, y a lo que le encuentra explicación. “Este año, las cosas se están dando de otra manera... Se ha mantenido la base del curso pasado, pero la mayoría de los chavales que han llegado aún están un poco verdes, aunque dan la cara en cada partido, y estoy seguro de que iremos a más en la segunda vuelta, tras una primera irregular”, comenta
Boris, que alude a “varios motivos” para que su equipo haya bajado el pistón, pero optando por centrarse en uno: “Es verdad que no soy muy mayor, pero ya llevo varios años en Tercera, y creo que nos está pesando la inexperiencia de muchos de nuestros futbolistas. Con todo, los chavales se están integrando y estoy convencido de que las cosas nos van a ir saliendo mejor”.
Resulta obligado seguir preguntando a Boris por las diferencias entre el Alcalá de la 13/14 y el de la 14/15. Y, al respecto, es obvio que hay que detenerse en los entrenadores. “Cada uno tiene sus maneras y sus visiones del fútbol. La verdad es que no hay muchas diferencias, aunque luego son pequeños detalles los que hacen ganar o perder partidos. Es cierto que conozco mejor a
Galván, porque me llevé con él muchos años en la cantera del
Sevilla, pero también es verdad que él se encontró un grupo más experimentado del que dispone Juan Ureña, quien ha ido formando poco a poco la plantilla que él quería. A
Ureña le ha tocado un grupo de chavales de muchísima calidad, pero que no habían probado la categoría, y son futbolistas a los que hay que tratar de otra manera”, dice el ex sevillista, que apostilla: “Todos estamos muy unidos”.
Boris, que el próximo mes de enero cumplirá 24 años, se está erigiendo en uno de los pilares del actual Alcalá. El pasado fin de semana, sin ir más lejos, contribuyó con un gol a la victoria panadera sobre el
San Roque (2-1), la cual valió para poner fin a una racha de siete partidos sin ganar (incluyendo el choque adelantado con el
Ceuta). Su tanto sirvió para abrir la cuenta ante el conjunto gaditano, un estreno goleador que confronta con el apartado de asistencias. “Fue mi primer gol esta temporada, y la verdad es que me vino bien ‘abrir la lata’, pero yo juego en banda y se me da mejor asistir”, apunta un futbolista que atraviesa por un gran momento de forma: “Empecé la temporada algo dubitativo, prácticamente como todo el equipo, pero, ahora, me estoy encontrando muy bien. Tengo confianza plena en mí mismo y, conforme avance la Liga, iré mejorando”.
Boris completa este año su tercera temporada en el equipo de su ciudad, al cual llegó procedente de una cantera del Sevilla en la que estuvo trece años, de benjamín hasta el primer filial, coincidiendo con
Alberto Moreno, Cala, Luis Alberto o Rodri, entre otros. “Todavía puede sonar la flauta”, dice Boris en cuanto a una posible salida a un equipo de mayor categoría. Si sigue afinando tan bien como hasta ahora, a buen seguro que la flauta sonará más pronto que tarde.
Antonio Federero5 min lectura