Ana Munzón jugaba en el
Écija femenino, equipo que hace nombre al municipio en el que creció y que competía en
Segunda Provincial, antes de que el
Nervión se pusiese en contacto con ella. Aprovechando que estaba estudiando en Sevilla un grado superior de educación física, el equipo de la capital le ofreció la oportunidad de jugar. Ella no se lo pensó. Ahora, después de varios meses en el equipo nervionense, afirma que es “un reto muy bonito y una experiencia más en la vida”. Sin embargo, el equipo de
Nervión no está pasando por una buena temporada: están las últimas en la tabla clasificatoria, con un descenso bastante cerca. “Salvarnos es muy difícil, pero aún queda mucho. Tenemos posibilidades y no nos vamos a rendir fácilmente. Hemos dejado escapar puntos importantes, pero vamos a seguir luchando”, reconoce la sevillana. Y es que las jugadoras están motivadas, animadas y con ganas de darlo todo. En el partido ante el
Badajoz Olivenza, el colíder de la tabla, perdieron por un único gol (2-1). Un gran mérito teniendo en cuenta que este equipo le saca casi cincuenta puntos y que jugaron en su campo.
“Desde el primer momento salimos dominando, pero tenían dos delanteras, hermanas, y fueron las que mandaron”, confiesa
Ana. “El fallo creo que fue que nos falta compenetración y más finalización arriba. A pesar de la derrota, el equipo está contento y no dejaremos pasar más puntos”, sostiene.
El próximo rival es
El Naranjo (domingo, 12:00 h), al que reciben y el cual les saca quince puntos, pero eso no importa. La moral del equipo está por las nubes y saben que si luchan conseguirán todo lo que se propongan.