A finales del siglo XIX,
Nettie Honeyball creaba el primer club de fútbol femenino de la historia. Más de un siglo después, y en honor a esas ganas de cambiar lo establecido, nace el
Club Deportivo Honeyball, un equipo surgido del desaparecido
Nervión y que quiere golpear los cimientos del balompié de mujeres.
"Buscamos romper las directrices actuales en el terreno del
fútbol femenino. Por mucho que se quiera, la
preparación física desde la base es distinta entre hombres y mujeres. Por eso, y porque quién mejor que nosotras para llevarlo a cabo, hemos creado el
Honeyball. Un club llevado por mujeres para mujeres. Con una entrenadora y organizado en torno a esta idea. Esto no quiere decir que un hombre no pueda trabajar en el club, pero queremos llevar esto desde un punto de vista diferente", asegura
Sara Trillo, capitana del difunto
Nervión y una de las creadoras de este nuevo proyecto.
Otro de los puntos fuertes es la futura
escuela de fútbol para niñas, si bien esta temporada solo habrá un equipo sénior que empezará en la categoría provincial. "Queremos diferenciarnos de los demás clubes. La
idea es proporcionar una educación tanto deportiva como cultural. Las niñas que vengan tienen que saber que es para disfrutar de este deporte. Hay que luchar mucho para lograr algo y aquí vamos a apoyar para que se consiga con
esfuerzo. Pretendemos ir mejorando; y en el sénior, ascender esta misma temporada", comenta
Sara, que estará acompañada en el
Honeyball por otra de las capitanas del Nervión,
Ana Elena Sánchez-Ramade. Ambas, junto a otras futbolistas, están descubriendo
lo difícil que es montar un club desde la nada: "Es brutal todo lo que hay detrás. Como deportista no lo ves, pero hay un trabajo impresionante en cuanto a organización o temas económicos. De momento, estamos hablando con varias empresas para que nos ayuden patrocinándonos y hemos llegado a un acuerdo con el
Calavera para usar sus instalaciones".