ESTADIO Deportivo entrevista al médico del Utrera

Paco Álvarez: "Fui su ángel de la guarda"

Es un héroe. No lleva capa ni vuela, pero su intervención el pasado domingo en el campo de Noreña, durante el Don Bosco-Utrera de Andaluza Infantil, valió para salvar una vida. El cordobés Riqui no pudo caer en mejores manos, las de Paco Álvarez, un médico utrerano de 57 años.

Paco Álvarez: "Fui su ángel de la guarda"
"Cuando lo vi en el suelo, no me lo pensé". - A. Federero
Antonio FedereroAntonio Federero6 min lectura
Es un héroe. No lleva capa ni vuela, pero su intervención el pasado domingo en el campo de Noreña, durante el Don Bosco-Utrera de Andaluza Infantil, valió para salvar una vida. El cordobés Riqui no pudo caer en mejores manos, las de Paco Álvarez, un médico utrerano de 57 años.

- ¿Abrumado por la repercusión que ha tenido lo que hizo?
- Pues sí, mucho, la verdad. Ayer (lunes) tuve guardia de noche y no he podido hablar con nadie, pero sí me han llamado muchos medios de comunicación.

- ¿Qué fue lo que ocurrió?
- Mi hijo juega en el equipo cadete. Ya lo había hecho, y, mientras esperaba que saliera de los vestuarios, me quedé en la banda viendo al infantil, porque en el Utrera siempre se procura que ambos equipos viajen juntos. Era el primer tiempo, llevaba el partido poco tiempo, y de momento veo que se produce un choque entre dos jugadores que fueron a despejar un balón por alto, y que el del Don Bosco cae al suelo inconsciente y sangrando por la cara. Oigo que alguien dice ´¡un médico, un médico!´, y a la madre del jugador decir ´¡me lo han matado, está muerto.!´...

- Y no se lo pensó.
- No me lo pensé, me tiré al campo y creo que tardé dos segundos en llegar de la banda al chaval.

- ¿Qué se encontró?
- Lo vi inconsciente y ensangrentado. No respiraba, así que le metí los dedos por la boca porque la lengua le estaba haciendo un tapón, se la saqué y empezó a respirar. Le hice la prueba ocular y le pregunté dónde estaba. Lo primero que vio es a mí, y le corté la hemorragia que tenía en la nariz porque no quería que recayera otra vez, así que le reanimamos y tranquilizamos a la familia. Después llegó el 061, pero sólo se lo llevaron, en el campo no le hicieron nada.

- ¿Qué edad tiene Riqui?
- La misma que la de mi hijo, 13 años.

- ¿Llegó a ver en algún momento que no lo salvaba?
- En ese momento lo que quiero... No sé qué otra cosa pudo haber pasado, qué se hubiera hecho si no hubiera reaccionado. Pero reaccionó, y me dije ´ya no se me va´. Fueron dos minutos en los que el jugador estuvo inconsciente. Si llega a estarlo más tiempo, las lesiones hubieran sido más graves.

- Mientras usted atendía al futbolista, los familiares y compañeros estaban a su alrededor temiendo por su vida. Gritaban, lloraban, estaban desesperados. ¿Oyó algo?
- Yo no oía nada, la verdad, me hice como una especie de burbuja y sólo estaba centrado en el niño. Me llevé todo el tiempo a su lado.

- ¿Ha hablado con algún familiar del jugador después de lo sucedido?
- No he hablado con nadie. Hablé con el entrenador del Utrera por si podía conseguir el teléfono de los padres.

- ¿Para decirles qué?
- Pues nada, que yo hice lo que tenía que hacer... Algo o alguien me puso ahí en ese momento, quería que estuviera ahí y que hiciera lo que hice. Se dio un cúmulo de circunstancias para que yo estuviera en ese campo en ese instante y para que no pasara nada grave. Como si yo fuera su ángel de la guardia.

- ¿Le ha ocurrido alguna vez esto, o algo parecido, en su carrera profesional?
- No. Sí he visto otras cosas, pero con personas mayores. Pero con un niño, y que sea algo tan emotivo, pues no.

- ¿Cree usted que hace falta más seguridad sanitaria o más medios en los campos de fútbol modesto?
- Es verdad que hay desfibriladores en los campos, pero si no hay gente que los sepa utilizar, ¿para qué se quieren? Hay que tener en cuenta que desde prebenjamines hasta juveniles hay 300 ó 400 partidos en un fin de semana, y que, por tanto, tendría que haber tantos médicos. Pero no es así, porque no todos están dispuestos a sacrificar un fin de semana que podrían estar con la familia descansando.

- Usted sí lo está.
- Yo trabajo en Algámitas y también hago guardias en El Saucejo. Soy de Utrera y llevo 19 años en el club porque me gusta. También soy médico de la Escuela Peloteros de la Sierra Sur y de la Escuela de Morón de la Frontera. Y lo hago porque me gusta.
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