"Yo, prácticamente, no me he enterado de nada, pero mi familia lo ha pasado muy mal". Son palabras de
Marcos Padilla Gallardo 'Marcos' (hermano del gerenense Kiki), pieza básica en el
San José, que comienza a salir del túnel en el que cayó el pasado 13 de septiembre en el encuentro disputado frente al Estrella.
"Fue en un salto con un rival en el que sufrí un codazo en el costado. Caí de pie, pero enseguida me tiré al suelo porque me quedé sin aire. Seguí jugando (fue relevado en el 76') y al día siguiente fui a entrenar, aunque ya el martes comencé a tener unos dolores muy fuertes", relata
Marcos.
Las primeras valoraciones señalaron que el problema podría radicar en las costillas, pero una radiografía lo descartó. "Luego, me hicieron una ecografía, vieron que tenía afectado el hígado y me mandaron al
Hospital Virgen del Rocío, ingresando en la
UCI una semana", recuerda el medio cañamero de aquellos días amargos: "Era como una punzada. Tenía unos dolores muy fuertes en la barriga; estaba sedado, pero del dolor tuve alucinaciones. Los médicos dijeron que o mejoraba o me tenían que hacer un transplante. Afortunadamente, fue lo primero".
Tras una semana,
Marcos recibió el alta, pero regresó al hospital dos días después al tener fiebre. Dos semanas después, y a la espera de unas pruebas, se encuentra mucho mejor, hasta el punto de que ya pienza en su regreso: "En los primeros días no quería jugar más, pero ya estoy deseando".