El fútbol en Sevilla puede presumir en los últimos años de una fructífera cantera que ha llevado a multitud de jugadores de la provincia a lo más alto del fútbol nacional y mundial.
Sergio Ramos o Jesús Navas son solo algunos ejemplos de la gran factoría que es el balompié sevillano para el mundo de la pelota.
El último que podría sumarse a esta lista en los próximos años es el joven paradense
José Manuel Calderón. La calidad para llegar a lo más alto no le falta, eso seguro.
A sus 16 años,
Calderón juega en el cadete del Escuela Base Marchena, donde llegó esta misma temporada desde el
Paradas, club de su pueblo natal y donde jugó desde los 7 años.
En Marchena está batiendo todos los registros anotadores habidos y por haber, manteniendo a su equipo como líder gracias a sus
77 tantos en lo que llevamos de temporada, una cifra impresionante que aumenta su dimensión al saber que
Calderón no juega como delantero, sino de interior zurdo.
Lejos de egocentrismos y de creerse más que los demás por su increíble rendimiento, el joven es humilde al hablar de sus entrenadores en Marchena. “Estoy aprendiendo mucho día a día. Me entreno siempre con mis compañeros y me sirve de mucho”, explica.
Con Messi como referencia dentro del terreno de juego y con un corazón ligeramente sevillista, el próximo objetivo de esta joven estrella es dar un paso a un equipo de la
Liga Nacional Juvenil, algo que ya está tratando de conseguir. Sin ir más lejos, hace poco jugó un partido con el
Torreblanca juvenil en el que, pese a jugar contra jugadores mayores que él, anotó dos goles, dejando impresionados a todos los presentes. Es una más de las pruebas que demuestran que estamos ante una de las próximas estrellas del fútbol sevillano si es que nada se lo impide.
Después de llegar a juveniles, ya solo quedará llegar a lo más alto. El chico lo tiene claro: quiere dedicarse al fútbol profesional. Y para ello, no duda en poner todo el esfuerzo y el sacrificio que esté en su mano para conseguirlo.
Para llegar a lo más alto,
Calderón cuenta con el apoyo de todo su pueblo. “Aquí me animan siempre mucho”, dice él.
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