La victoria del
San Juan sobre el
San Roque (3-0) en la última jornada condenó de nuevo a la
Balompédica Lebrijana a los puestos de descenso, por lo que la escuadra del
Bajo Guadalquivir tendrá que disputar sus tres últimas finales en el epílogo liguero.
"Será un partido a vida o muerte. O más. No hay margen de error. Si somos capaces de sacar el partido del domingo daremos un paso importante para la salvación", declaró
Joaquín Hidalgo, entrenador albiceleste, de cara a la próxima visita del Sanluqueño, segundo clasificado.
El cuadro lebrijano marca en este momento el descenso con 40 puntos, dos menos que el
San Juan, rival al que recibe en la última jornada. Sin embargo,
Hidalgo no quiere oír hablar de esa fecha: "Ahora mismo no pensamos en llegar vivos en la última jornada. Si llegamos salvados, mejor. Lo primero es mirar al
Sanluqueño, no miramos ni al
Alcalá. No podemos mirar más ni hacer cuentas".
La
Lebrijana descansó el pasado fin de semana (por la retirada del
Lucena), un asueto positivo para los lebrijanos desde el aspecto mental. "El equipo se encuentra bien en lo psicólogico. Cuando disputas 39 jornadas a cara de perro te cansas mentalmente. El descanso ha servido para liberar tensiones y refrescar la cabeza. Estamos preparados. En el vestuario está prohibido hablar de ansiedad y presión. La presión tiene que ser innata al futbolista y vamos a cambiar ansiedad por intensidad", consideró.
Con la mejoría en el estado físico de
Martín y
Chico y la sanción de
Gabri recibe la
Lebrijana a un
Sanluqueño del que se deshace en elogios el míster de la
Balompédica: "Se ha convertido por méritos propios en uno de los rivales a batir. Está haciendo una gran temporada, y con mucha gente de Sanlúcar y su entrenador,
José Herrera, está haciendo un gran trabajo. Para mí son el equipo y el entrenador revelación".