Los goles sevillanos más septentrionales

Las cifras oficiales dicen que en el último año se han ido de España unas 125.000 personas, en su gran mayoría jóvenes, en busca de un trabajo que les pueda deparar un mejor porvenir. Detrás de este dato se esconden muchas historias, pero, seguramente, ninguna como la de Rubén Rodríguez.

En la figura de este alcalareño de 29 años se conjugan un remoto país y el siempre olvidado fútbol modesto. ¿Qué hace un ex de Alcalá, Antoniano o Cerro en Islandia? La respuesta está en el fenómeno de la emigración que se ha citado, el deseo de mejorar de las personas y también de sus seres queridos.

Y Rubén lo tuvo claro cuando su representante le puso sobre la mesa la posibilidad de ir a jugar a Islandia. "Al principio me sonó a chiste, pero ellos (el club) pusieron mucho interés en mí y, económicamente, no podía decir que no", admite el futbolista refiriéndose a los dirigentes y técnicos del Fjallabyggd, un equipo de la Tercera islandesa que lucha por no bajar.

De Sevilla a Barcelona, y, de ahí, a Reikiavik, la capital de Islandia, para enlazar con Olafsfjördur, la localidad norteña donde reside ahora el jugador. Ese fue el camino que tomó Rubén Rodríguez días después de esfumarse en Langreo el ascenso a Segunda B con el Alcalá. "Llegué un viernes y el sábado, sin haber entrenado, jugué titular. Hice dos goles". Desde entonces ha jugado dos partidos más, y le quedan once, en los que tendrá que enjugar la distancia de diez puntos para conseguir la salvación. "Ellos están queriendo aprender ahora del fútbol europeo, pero todavía están un poco verdes. No tocan mucho la pelota, hay menos técnica... aunque algunas instalaciones son como las ciudades deportivas del Betis y del Sevilla. Tienen algunas cosas de Primera, pero en otras son de Tercera”, explica el atacante, a quien muchas veces le toca hacer de consejero por petición propia de su entrenador: "A los islandeses les está dando ahora por el fútbol, es un país que tiene una buena economía y están apostando por él, como se pudo ver en la Eurocopa".

La vida en Islandia es feliz para Rubén Rodríguez, quien destaca "el trato" que está recibiendo y "la educación" de sus habitantes, además de la seguridad que hay en el país. “La gente deja las llaves en los coches, los niños pequeños juegan solos en las calles...", habla con admiración el alcalareño de algo que también llega al fútbol: "Cuando los partidos acaban ambos equipos se reúnen en la casa del club local y comen juntos. No son muy 'mosqueones', no les duele tanto perder como a nosotros. Es cuestión de cultura".

Pero Islandia, cómo no, también tiene sus inconvenientes. Explica Rubén que la temperatura media este verano está siendo "de ocho o nueve grados", que las noches "no llegan a hacerse" porque la puesta de sol no es completa; o que una lata de refresco puede costar "más de tres euros". Incomodidades que se compensan con otros detalles: "Internet es gratis en todo el país, y también el agua caliente gracias a los volcanes".

La aventura de Rubén acaba a finales de septiembre. Será entonces cuando se incorpore al Alcalá, club al que está "muy agradecido" por haberle permitido vivir "una experiencia única".

Rubén Rodríguez no está solo en Islandia. El panadero coincidió en el país nórdico con el lebrijano Enrique, quien, sin embargo, no logró convencer a los técnicos del Haukar y se volvió a España hace pocos días. A la isla también ha llegado el sanluqueño Dani Cadena, que será compañero de equipo de Rubén, y a quienes se les unirá este lunes el también alcalareño Isaac Sutil, ex de Estrella y Morón C.F.