Elegir a un director deportivo no debe ser fácil. Mucho menos si no eres el ´clásico´ hombre de fútbol. Y, ni puedo imaginar, si, además, la elección la debes tomar en base a un mandato judicial, que es el que te ha llevado a gestionar un paquete de acciones que no es tuyo y a velar por él hasta la resolución de unas medidas cautelares que se alargan, en opinión de todos, demasiado. La presión es máxima porque de ella depende todo lo demás.
Lo lógico, en un caso como este, sería acudir a los expertos, dejarse asesorar y tomar una decisión. A partir de ahí, construir el resto de la estructura deportiva hasta completar todo el organigrama. Es lo que viene a ser empezar la casa por los cimientos y no por el tejado, como ha pasado en el Betis. Estepa, Domínguez Platas y compañía trajeron a Alexis como avanzadillla de una dirección deportiva que iba a estar comandada por Lorenzo Serra Ferrer, a Pedro Buenaventura para la dirección de cantera, acudieron a Merino, aunque todavía no está muy claro cuál será su función... Y todo, a la espera de que el que debía estar aquí el primero, resolviese unos ´problemillas´ de nada en el Mallorca. Vamos, casi ´ná´.
El resultado, un absoluto fiasco. Serra no consigue deshacerse de sus acciones. El Mallorca se encuentra en una cruenta guerra civil, de la que le será muy complicado salir, pese a sus intentos. Aquí en Sevilla ha empezado a cundir el pánico, el consejo se ha dividido entre partidarios y detractores de Serra y se producen movimientos extraños, como el ofrecimiento a Cardeñosa, que lleva años alejado del fútbol. Y todo, porque la casa se empezó por el tejado. Obviamente, así es muy complicado que se sostenga con riesgo de derribo incluido.
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