Tan igualado e imprevisible como siempre

Isabel MoralesIsabel Morales
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Tan igualado e imprevisible como siempre
- Isabel Morales
El primer derbi de la temporada puede que sea el más igualado de los últimos años, pero sigue siendo tan imprevisible como siempre. De hecho, para el Sevilla llega en un momento delicado tras el relevo en el banquillo, pero para los verdiblancos puede suponer el necesario punto de inflexión de la temporada. Los moradores de Nervión necesitan demostrar que el relevo en el banquillo ha surtido efecto, después de los primeros destellos que dejó el triunfo en Copa ante el Cádiz del pasado miércoles. Mientras que el Betis llega a la cita con mejores sensaciones que resultados, después de reponerse a una racha de seis encuentros de Liga sin ganar a la que puso fin en Málaga, pero tras despedir el año con una nueva derrota ante el Athletic, en la que pese a todo el equipo de Setién desplegó un buen fútbol.

La primera gran decisión del versátil Montella ha sido recuperar para la causa a un apartado Nzonzi que podría ser titular en el centro del campo ante la baja de Pizarro por sanción, y al que podría acompañar Banega en el doble pivote como director de la orquesta sevillista. En el resto del equipo, la incógnita está en si dará continuidad al que jugó en el Carranza.

En el bando heliopolitano, todo hace indicar que Setién mantendrá su plan de toda la temporada (1-4-1-4-1), para el que recuperará su columna vertebral con Feddal, Javi García y Guardado. El central, habilitado tras cumplir sanción, regresará al centro de la defensa junto a Mandi, con Durmisi y Barragán en los costados. El muleño ocupará el pivote, guardando las espaldas al mexicano y a Fabián. Joaquín y Tello ocuparán los extremos, con Sergio León en la punta de lanza.

Los cracks
Banega: Tanto de elemento creativo en el doble pivote como de mediapunta, el argentino es la fantasía que necesita el Sevilla. Genera gran parte del bagaje ofensivo de su equipo por su gran capacidad para la conducción, el regate y el pase en largo. Determinante a balón parado, el internacional argentino aprovecha también su pegada desde media distancia. Capacidad de liderazgo, clase y clarividencia. El verdadero motor sevillista. 

Joaquín: A sus 36 años, es el verdadero alma máter del vestuario verdiblanco. El portuense está siendo el jugador más fiable de la plantilla heliopolitana en lo que va de campeonato. Ha transformado su capacidad para desbordar de antaño, la famosa ‘finta y el sprint’, pero manteniendo su verticalidad. A pesar de su veteranía, no ha perdido un ápice de calidad, que completa con altas dosis de carácter, compromiso y profesionalidad. 
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