Desleal y sin crédito para ser presidente

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Desleal y sin crédito para ser presidente
- 24/12/2014
Las cuentas saneadas, un título europeo, números de Champions en Liga y un plantel plagado de futbolistas con proyección para seguir haciendo caja y garantizando el modelo del Sevilla de los éxitos. En ese idílico contexto, Del Nido ´Júnior´ intenta un frustrado asalto al poder. A primera vista, un acto torpe, por lo expuesto, e inconsecuente, apoyado en un argumento que nunca fue esgrimido en los años de mandato de su padre: la situación de alegalidad de la sociedad ´Sevillistas de Nervión´.


Del Nido ´Júnior´ le ha hecho, realmente, un favor al sevillismo. ¡Fuera caretas! ¡Las cartas, boca arriba! Lo que muchos intuíamos lo ha convertido en evidencia: la presidencia del Sevilla está en el punto de mira de unos cuantos desde el mismo momento en que dejó de ocuparlo quien hoy se encuentra en la cárcel de Huelva. Nunca han respetado a Pepe Castro, al que han considerado hombre débil, manejable y de perfil bajo.


La Junta ha arrojado otras muchas luces a las sombras ocultas en los personajes que habitan en un escenario de guerra fría. Pepe Castro queda como un líder reforzado. Un Señor, con mayúsculas. Un ´nuevo Roberto Alés´ respetado por la inmensa mayoría que antepone el interés general de la entidad a sus aspiraciones particulares; un presidente de consenso que gobierna para todos con coherencia y buen talante, con guante de seda y mano de hierro.


Frente a Castro, la familia Del Nido. El padre, en prisión, aunque muchos le ven como ejecutor en la sombra de lo acontecido. Del Nido ´Júnior´, cuestionado por sus facturas al club por servicios jurídicos prestados. Otro hijo de Del Nido, trabajando para una empresa de representación a la que le ficha jugadores el club. Hoy son los malos de la película.


En su ataque a Castro, Del Nido ´Júnior´ se ha equivocado en las formas y en el tiempo. Las prisas han destapado a un tipo desleal y ambicioso, con desenfrenado deseo de mando para servirse del club. Se ha quedado sin crédito y, quizás, inhabilitado para siempre en su deseo de ser presidente.
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