Cómo enterrar los miedos de Unai

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Cómo enterrar los miedos de Unai
- Joaquín Adorna (9/11/2015)
Emery escucha y aprende. Evoluciona. No es todo cabezonería. Las críticas le escuecen pero las encaja con dignidad y le hacen reaccionar, aunque a veces tarde mucho más de lo esperado en un entorno tan exigente. Ayer tomó, por fin, algunas de las decisiones que reclamaba cualquier aficionado con sentido común. Sentó a Kolo y dio la titularidad a Andreolli. Dos centrales diestros. ¡Qué más da si son los mejores que tienes! Reducido el margen de error, y el riesgo. También dio la titularidad a Mariano. Un cambio que se ahorra, y muchas críticas y explicaciones toreras que dar. Rindió a buen nivel, por cierto, el morenito.

Como Immobile, merecida oportunidad que no desaprovechó. Gustó menos la apuesta por N'Zonzi, pero le funcionó igual de bien que su empeño por echar al equipo atrás. Decisiones nada populares que, sin embargo, esta vez dieron tres puntos muy necesarios y un respiro anímico crucial en una dinámica plagada de dudas. Pero Emery no debería obviar el sentir de la grada para intentar aplicar sus métodos a una máxima, que el Sevilla, ni ante el Madrid, puede acularse en tablas tantísimos minutos cual equipo pequeño acongojado, que debe adelantar muchos más metros la línea de presión porque los sevillistas aún guardan en la memoria a un Sevilla campeón que a veces se pareció al suyo de los dos últimos títulos.

Pero solo a veces. Su miedo no gusta, aunque se le perdona cuando el equipo gana. Sí gusta, en cambio, Konoplyanka. Más bien, enamora. Encanta su espectacular talento. Diferente al resto. De los jugadores por los que merece la pena pagar una entrada. Tan exquisito como Banega, un alivio permanente para los que sufren con la pelota en los pies. La grada se rinde a quienes tienen ese don innato, y a quienes se entregan en cuerpo y alma como Krychowiak. La renovación ha dado fuerzas renovadas al polaco, que necesita un respiro inminente para evitar males en forma de lesión.

Su rendimiento es tan fiable como el de Vitolo... o el de Sergio Rico, que definitivamente anoche se ganó, con una increíble parada y muchos partidos de saber estar, el respeto y la confianza de un público tan históricamente exigente con los canteranos. Hay talento, garra y compromiso suficientes para que Unai, el mejor entrenador que puede tener el Sevilla en su actual modelo de negocio, entierre sus miedos.
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