Minuto uno

Exigencia y disciplina que faltaban con Mel

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Exigencia y disciplina que faltaban con Mel
- Joaquín Adorna (24/01/2016)
Sorprende que en un equipo de Primera división, formado por jugadores que llegan a la élite tras un largo proceso de selección, se hable de dos conceptos más propios de entornos familiares o educativos en etapa de jóvenes adolescentes: disciplina y exigencia. Se da por hecho que futbolistas que cobran una importante soldada se entregan en cuerpo y alma al lujo de disfrutar de una corta, pero maravillosa profesión. Pero no es el caso. Más bien, todo lo contrario. De hecho, en multitud de ocasiones hemos escuchado a dirigentes hablando del perfil de un entrenador ´con mano dura´ que ponga orden en un plantilla.
En el Betis de Pepe Mel sobraba condescendencia. El técnico fue demasiado permisivo en determinadas situaciones y, con tanta aquiescencia, se le fue el control del vestuario. Bajó el listón y lo pagó caro.
Ya dijeron Ollero y Macià al anunciar su despido que el nuevo entrenador debía ser exigente, palabra que reiteraron varias veces.
A Juande, que empieza a agotar la paciencia del Betis, se le conoce por su alto nivel de exigencia; y a Juan Merino, quien debuta entrenando en Primera división, con algún joven con el ego muy grande y varios veteranos con muchas horas de tienta, ya se le intuyen unos firmes principios: exigencia y disciplina. Tan fácil y tan difícil de implantar en un vestuario. El jugador lo sufre, pero también lo agradece.
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