Los dos son presente, pero uno vive sostenido por el pasado -Iker- y el otro hace méritos para agarrar un esperanzador futuro -Sergio Rico-.
Imagino la enorme ilusión con la que el meta del Sevilla, y sus familiares y amigos más cercanos, recibieron las palabras de Del Bosque asegurando públicamente que iba a debutar con la ´Roja´ en esta, su quinta, convocatoria. E imagino el desencanto que debió generar en todos comprobar que Del Bosque se rajó a última hora. Todos los que viajaron tuvieron minutos. Todos, menos Sergio. ¿Por qué? Doce cambios en dos partidos. ¿No pudo darle un cuarto de hora a Rico?
Sus razones tendrá Del Bosque, quien nos tiene acostumbrados a tomar decisiones sensatas y coherentes, pero se antoja difícil justificar el desaire a un chaval a quien ilusionó innecesariamente. Si le frenó el miedo a la reacción de una ´vaca sagrada´ a quien desplaza De Gea, malo, porque hasta Casillas ha reconocido que el futuro en la selección pertenece a Sergio Rico.
Joaquín Adorna
