Opinión

Dos "enamorados", Haro y Torrecilla, y el Betis

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Dos "enamorados", Haro y Torrecilla, y el Betis
Ángel Haro quiso un matrimonio a largo plazo con Macià. Hubo divorcio y acuerdo en las buenas formas al finiquitar la relación porque Macià "no metió la mano en la caja". Otro gallo habría cantado -con notas de denuncia-, dijo Haro, si Macià hubiera 'trincao'. Tan sólo un ayudante del director deportivo, Jakob Friis-Hansen, ha sacado los pies del tiesto: "Haro quería elegir a los jugadores incluso sin entender".

Golpe bajo que poco importa si realmente empieza un nuevo proyecto. Sobre el papel, ese que aguanta tantas verdades como autoengaños, magnífico. Haro, "enamorado" de Torrecilla; y el director deportivo, "enamorado del Betis y su afición". El presidente habló de cuatro pilares -Torrecilla, el entrenador, la plantilla y la cantera- que, realmente, se agrupan en uno: el deportivo.

Vale como básica declaración de intenciones, pero también él y Catalán son determinantes. Marcan el rumbo y deben vigilar, cada día, que los vasos comunicantes no se atascan, que los egos están a una altura homogénea. De lo contrario llegan los celos, la desconfianza y se puede romper la que parece relación idílica de dos enamorados. Llegado el caso, volvería a perder el Betis.
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