Minuto Uno (Opinión)

El Betis de Torrecilla, en evaluación permanente

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
4 min lectura
El Betis de Torrecilla, en evaluación permanente
Al periodismo no le vale evaluar a toro pasado como quieren hacer los clubes con esos proyectos que sólo duran lo que duran las victorias. Lo comprobamos ayer con el despido de Víctor Sánchez del Amo, renovado en enero como un nuevo y fructífero descubrimiento en el banquillo del Deportivo de La Coruña, y despedido cuatro meses después tras una pésima dinámica de resultados en la segunda vuelta. Un error como otro cualquiera, porque es imposible construir nada serio sobre bases tan impacientes e inconsistentes, pero así funciona.

También apuntaba a certeza que Florentino ´iba a cortar la cabeza´ de Zidane de haber perdido la final de Champions ante el Atlético, pre ofrecida en bandeja de plata para justificar el que habría sido un histórico fracaso merengue (nada que ver con los méritos contraídos por el equipo de Simeone frente a un rival que casi le triplica en presupuesto). En el Madrid, ni siquiera más de 420 millones de euros sirven como marco para un proyecto previsible. La cartera no garantiza la apuesta por un modelo de fútbol que guste a una grada tan exigente como la del Bernabéu, aunque, como pasa en el Barça, la esencia de esa afición se difumina cada vez más con tanta mezcla entre nativos... y chinos, japoneses e hinchas de otras muchas culturas y nacionalidades. En el Betis, y en el Sevilla, la pura cepa de béticos y sevillistas no deja lugar a la duda. El Sevilla tiene un modelo que le funciona y con el que hace feliz a su gente, porque encontró, hasta ahora, la estabilidad con la que supo aguantar los caballos cuando el equipo llegó a ser colista en Primera para acabar celebrando un quinto título europeo.

El Betis anda aún en esa búsqueda y, un año más, parece haber encontrado el camino. Hoy estamos obligados a decirlo: el primer fichajes de Torrecilla, Durmisi (incluso Jonas Martin, que anda avanzado), tiene muy buena pinta, y todo el que suena como posible refuerzo para la temporada 2016/2017, también. Los conceptos que se transmiten parecen claros. Se está actuando con cierta celeridad y, de momento, con acierto. No son alabanzas gratuitas ni loas innecesarias. En la evaluación final de Macià, pese al engañoso décimo puesto clasificatorio, hay un suspenso y una herencia complicada. A ésa también llegaremos cuando se dispute la última jornada de Liga de la próxima campaña y sepamos qué papel ha interpretado el Betis en la próxima Copa del Rey. Pero, hasta ese juicio final, Torrecilla y el nuevo Betis están condenados a vivir en una evaluación permanente que, de momento, aprueban. Primero, porque así lo demanda el más primario de los sentidos periodísticos, y segundo, porque así lo exige una afición cansada de depositar confianza en quienes mandan.
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