Opinión

Veía claro el 'caso Monchi'

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Veía claro el 'caso Monchi'
Monchi dio la gloria a Del Nido hasta que entró en la cárcel y ha regalado a Castro otro ciclo de títulos. - Joaquín Adorna
Veía claro que había llegado la hora en la que Monchi quería, y debía, decir adiós. Veía claro que quería anticipar un fin de ciclo, porque así además se lo comunicó a su equipo de trabajo, por algunas razones exógenas (de entorno, para entendernos mejor) y otras intrínsecas (que ni conocemos y creo que vayamos a conocer porque más valdrá una dulce mentira que una dura verdad). Veía claro que ya había realizado varios intentos por marcharse y que el que muchos interpretaban como un calentón no era más que la forma extrema de decir adiós a quien, de otra manera, acaba arrastrado por las mil implicaciones emocionales que le atan a un club al que lleva vinculado 26 años (10 como jugador y 16 fichando jugadores). Irse, y además hacerlo en lo más alto, debe dejar un sentimiento de vacío desgarrador. Intuyo que hay que ser muy valiente o actuar de una forma impulsiva -como es el caso- para dar un paso tan difícil.

Veía claro que Monchi se encuentra en una posición incómoda, en medio de un consejo de administración dividido, en plena paz pactada si lo prefieren eufemísticamente, o en subterránea guerra fría, que es lo que hay aunque suene peor. Veía claro que para dar un salto e intentar ir a por la Champions, como se dijo en horas de celebración, hace falta un consejo unido dispuesto a cambiar un modelo de gestionar el negocio y firmar el gasto de muchos millones de euros; y veía claro que Monchi veía que eso no existe.

También veía claro que todos los ciclos acaban, que el desgaste personal hace mella, y que Monchi había encontrado la puerta de salida adecuada para quedar en paz con todos. Hizo grande a Del Nido, ahora en la cárcel, y ha 'regalado' a Pepe Castro otro ciclo de títulos. Con él todos deberían estar contentos, pero en esa división en la planta noble hay leales (Manuel Vizcaíno, ahora criticado presidente del Cádiz) y otros que quedaron marcados: Monchi porque no se fue, o José María Cruz porque se fue antes de que Del Nido entrara en prisión para volver después a la llamada de Pepe Castro. Veía claro que Monchi no veía nada claro ese lío, que entendía que había saldado cualquier deuda moral con alguna de las partes en litigio y que marchándose se liberaba.

Veía claro, y legítimo, que un profesional como él, que lo ha dado todo, que se ha entregado en cuerpo y alma al Sevilla, podía tener razones para aceptar una mareante oferta económica con la que resolver la vida de tres de sus generaciones. Lo veía claro todo. Veía claro que esto acababa con Monchi pagando su libertad, con el Sevilla ingresando 5 millones de euros y con un merecido homenaje al de San Fernando.

Lo veía todo clarísimo hasta que Monchi ha escrito en la redes, en una breve carta escrita a su padre -"13 años sin ti, 13 años contigo"-, que "moriré por los de colorao", frase de la que se deduce que no se va, que sigue, que ha sido otro amago como el que tuvo hace diez años cuando se vio obligado a pedir perdón públicamente en Almería al retractarse de una decisión tomada. Lo veía claro, pero ahora no entiendo nada. Tampoco la carta ayuda a dar sentido a lo sucedido, la verdad, porque de ella sólo se extraen una serie de conceptos generales: que le ponen "zancadilla", que la mejor defensa es su "propia conciencia", que muchos no saben quién es "por más que crean que me conocen", que "una mentira mil veces dicha nunca será una verdad" o que "el tiempo pondrá a cada uno en su sitio".

No entiendo ese misterio, ese silencio hasta esta carta con mensajes que hay que descifrar cuando Monchi siempre ha sido un tipo sensato, coherente y muy claro en la exposición de los motivos que le han movido a actuar de una u otra manera. No entiendo esos evitables golpes en el pecho de sevillismo durante los previos y después de las finales, ni esos mensajes ilusionantes para el nuevo proyecto 'Champions'. No entiendo cómo puede deshojar públicamente la margarita sabiendo que hay miles de sevillistas que llevan un par de días en vilo temiendo que se marche la pieza clave en la construcción de un equipo campeón. No sé, no lo entiendo. Lo veía todo claro, pero ahora no entiendo nada. Bueno sí. Entiendo que todos somos humanos, que todos nos equivocamos y que esta vez le ha tocado equivocarse a Monchi en la gestión de la elección de su presente/futuro profesional, al menos hasta que el tiempo nos depare nuevas y esclarecedoras informaciones.
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