Minuto Uno (Opinión)

Expansión deportiva de la marca Betis

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Expansión deportiva de la marca Betis
El Claret de baloncesto fue absorbido por el Betis en 1959, pasando a denominarse Real Betis Baloncesto. - Joaquín Adorna
El Real Betis a lo largo de su dilatada historia ha sido mucho más que un club de fútbol. Lo pueden leer hoy en la edición impresa de ESTADIO Deportivo (página 9). Ya tuvo baloncesto en el arranque de los años sesenta, pero ha contado también con otras muchas secciones: atletismo, balonmano, rugby, voleibol, boxeo, ciclismo, tenis de mesa€ Más que novedoso, por tanto, es significativo que la entidad recupere parte de su esencia y apueste ahora por otras disciplinas como el fútbol sala, el remo y, como saltó a la luz pública durante el día de ayer, el baloncesto. Entre las muchas negociaciones abiertas por el Ayuntamiento para intentar salvar al Club Baloncesto Sevilla, el IMD ha encontrado el apoyo del Betis, que ha dado un decidido paso al frente: primero para ayudar y probar el primer año la viabilidad de un proyecto serio; y a corto-medio plazo integrar plenamente en sus estructuras el Real Betis Baloncesto, que así le llamaría para inyectar la carga emotiva del equipo que ya tuvo en 1.959, al absorber al Claret.

La marca Betis supone un impulso anímico y económico -por todo lo que puede generar su nombre y su escudo- que dispara la esperanza de mantener el baloncesto de elite en nuestra ciudad. Lograrlo, en principio, es el único objetivo, aunque algunos 'cajistas' sevillistas rechacen la idea de animar a un equipo con el que dejarían de sentirse identificados -así lo han expresado muchos de ellos a través de las redes sociales-. El Sevilla ha declinado la invitación a participar. Ha mostrado su pleno apoyo al C.B. Sevilla, pero prefiere no diversificar para centrarse exclusivamente en fútbol.

El Betis, en cambio, intentará seguir el modelo de los poderosos Madrid y Barça, con sección de baloncesto y clubes en la ACB, que acogería encantada la entrada en la competición de un club con una masa social prácticamente garantizada. Suena muy bien. Denota la ambición de unos dirigentes sin miedo a probar nuevas líneas de posible crecimiento, así como la fe en la fidelidad de su afición a un sentimiento. De momento, queda en una declaración de intenciones, en el embrión de una nueva aventura aún por cerrar. Si finalmente el Betis entra en el mundo del baloncesto -hoy podría ponunciarse la Caixa-, sólo el tiempo nos dirá si Haro y Catalán aciertan en la expansión de la marca Real Betis o si, por el contrario, se pierde una innecesaria energía que debería estar depositada en el primer y auténtico motor de la entidad: el fútbol. Intuyo que merece la pena intentarlo. Podrá dar marcha atrás si no se cumplen las expectativas.
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