Opinión

Dos secas bofetadas a Poyet

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
3 min lectura
Dos secas bofetadas a Poyet
- Joaquín Adorna
La primera, en la frente y la segunda, también. Poyet ya comprobó en su debut en casa que la afición del Betis no tiene un pase -por los pitos del desencanto acumulado- y vivió en sus carnes la injusticia de una competición abonada a los agravios comparativos. ¿Le habrían caído dos partidos de sanción a Zidane o a Luis Enrique por decir a un árbitro "no vuelvas más; contigo perdemos siempre"? ¿Cree realmente Poyet que su severo castigo traerá consigo sanciones más duras a quienes pasen de las palabras a los insultos? ¿Le caerán más de dos partidos de sanción a quienes falten al respeto a los árbitros bajo la atenta mirada de miles de aficionados y no, como hizo él, dentro del túnel de vestuarios?

Obviamente, es una pregunta retórica que tiene por respuesta el mismo irresponsable monosílabo que ha hecho famoso Pedro Sánchez en la fallida investidura de Rajoy. Y Poyet lo sabe porque, entre la decepción y el amargor que le han generado la injusticia, se colaba en sus palabras una pizca de ironía cargada de una certeza: en esta Liga, que le ha dado la bienvenida con dos secas bofetadas sin previa advertencia, ni todos los entrenadores son iguales, ni a todos los equipos se les trata con el mismo respeto. Usted se equivocó, cometió un error dando argumentos a la pluma envenenada de Clos Gómez, que anotó, incluso, el retraso en el arranque del partido ante el Depor por culpa del Betis y sus compromisos gráficos -las fotos de rigor-.

Ahora bien, le honra haberlo reconocido -es más fácil defender la verdad que la mentira- y, sobre todo, tiene toda la razón al asegurar que, si lo suyo son dos partidos, de ahora en adelante el insulto o el menosprecio con agresividad o malos modos a un árbitro delante del público, por respeto a usted y al Real Betis, deberían suponer una sanción mayor. Por desgracia, esta Liga no funciona así. Hay precedentes. Tuvo Mou que meter el dedo en el ojo del ayudante de Guardiola, Tito Vilanova (QEPD), para que le cayeran los dos mismos partidos de sanción que a usted. Bienvenido a la Liga en la que hay una ley benigna para los poderosos y otra implacable para el resto. Esta vez le ha tocado a usted asumir el castigo ejemplarizante al que tan acostumbrados estamos en Sevilla, por ejemplo, con el cierre de los estadios. No se sorprenda. Seguiremos denunciándolo, pero hace muchos años que en nuestra tierra dejó de ser noticia el agravio comparativo.
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