Minuto Uno (Opinión)

Poyet, cuide su 'laburo'

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Poyet, cuide su 'laburo'
- Joaquín Adorna
Poyet ya tiene formalmente abierto un frente que nada tiene que ver con centrarse en mejorar el rendimiento de su equipo. Sus quejas arbitrales han llegado al Comité de Árbitros, que va a denunciarle por considerar que sus manifestaciones atentan contra la dignidad y la independencia de los árbitros. Competición abrirá expediente, Poyet podrá presentar alegaciones, pero el lío puede acabar en multa de 1.500 euros al técnico. Llegado el caso, me parecería excesivo, porque sería el mismo castigo que tuvo Abelardo y nada tienen que ver las palabras de éste con las de Poyet. "Es una vergüenza. Nos han robado. Ha sido un escándalo. Me da igual que me caigan 50 partidos", dijo Abelardo tras perder 2-0 con su Sporting en Granada, en el último precedente que existe de graves acusaciones contra un árbitro, curiosamente Estrada Fernández, el mismo del derbi. El 'caso Poyet' apunta a injusticia, y los béticos quieren manifestarse en redes sociales en señal de apoyo a su equipo y a su entrenador. Ruido ambiental que en nada ayuda a pensar en lo realmente importante: el partido de mañana.

La historia nos demuestra que de nada ha servido atacar abiertamente al colectivo arbitral, y que de esa estéril batalla poco más se gana que un desquiciamiento colectivo en el equipo y en el entorno del club. Poyet no debería perder energía en circunstancias que él no puede cambiar para centrarse en el trabajo diario con su plantilla, para buscar un mayor rendimiento individual y colectivo. Le vendría mejor controlar los detalles que son de su competencia. Los detalles que manejan los entrenadores mejor que cualquier periodista o cualquier seguidor. Esos mil detalles que, sin conocerlos, están detrás de lo que periodistas y seguidores llaman un buen equipo, un equipo trabajado, un equipo que sabe manejar los partidos€ un equipo que gana, aun jugando mal y aun practicando un fútbol poco vistoso.

De todo eso debería ocuparse Poyet si quiere ganar su guerra. De los errores arbitrales, de las conspiraciones, de las ´manos negras´, del perjuicio por jugar partidos los viernes, de los goles de despacho, de las campañas orquestadas€ que se quejen los que ocupan el palco, porque son los mismos que se sientan junto al que pone horarios -Tebas- y al que manda en los árbitros -Villar-. A Poyet le está pasando algo parecido a lo que le ocurrió a Mel, que hacía las veces de entrenador y las de portavoz del club -hasta presentó jugadores-. Llegó el día en que Mel dejó de hacer lo que debía: las alineaciones de un equipo que ganara partidos. Poyet, cuide su ´laburo´ y que cada cual asuma la parte que le corresponde en el suyo.
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