Opinión

Betis sin mando: Poyet dentro o Poyet fuera

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
3 min lectura
Betis sin mando: Poyet dentro o Poyet fuera
Haro y Torrecilla junto a Poyet el día de su presentación. - Joaquín Adorna
Ángel Haro intentó ayer escaparse sin explicar a los béticos -no a la prensa, a los béticos- cómo piensa solucionar la crisis que atraviesa el Betis. ¿Va a continuar Poyet en el banquillo, al menos, hasta el partido ante Las Palmas? Si no va a continuar... ¿por qué no se le ha despedido ya? Ante la insistencia del periodismo, habló: "Estamos valorándolo. Que los béticos estén tranquilos, que estamos trabajando por ellos", dijo escuetamente con cierto aire loperiano en las tres últimas palabras.

No fue gran cosa, pero al menos mejoró el silencio administrativo que tanto daño causa a la entidad en momentos de zozobra. El lema del 'Hecho, no palabras', malentendido, porque cuando las acciones no se corresponden con las promesas, más vale un discurso que justifique errores que una boca cerrada que multiplica por mil las dudas. Se intuye que están "valorando" cuándo ejecutan una decisión que debería estar más que tomada. Y se entiende que están "trabajando" para encontrar el relevo más adecuado, el que mejor se pueda adaptar a las características del plantel que ha formado Torrecilla. Se equivocan, otra vez, en el tiempo: ya pasó con Mel y el interino Merino. Que a Poyet le ha venido grande el Betis ya es una evidencia, no hay dudas. Está fuera del marco y no deberían hacerle pasar por el mal trago de seguir saliendo en la foto, por mucho que el equipo entrene a puerta cerrada.

¿Con qué ganas se sigue vistiendo de corto sabiendo que el club ha abierto un casting buscándole sustituto? ¿Qué miradas se cruza con Dani Ceballos, quien se ha caído de la sub 21 por falta de minutos en el Betis? Torrecilla dijo tener un 'Plan B' que debió activarse tras la derrota en Villarreal. El nuevo técnico ya tendría que estar dando órdenes y conocer hasta el último detalle de la plantilla. Lo que mata al Betis es la indefinición de quienes lo gobiernan. Tan peligroso como equivocarse es no rectificar en el momento oportuno. O Poyet dentro o Poyet fuera... desde el minuto uno.
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