No lo tienen fácil ni el presidente del Sevilla,
José Castro, sometido a la permanente presión de los movimientos accionariales; ni el nuevo director deportivo,
Óscar Arias, con la difícil misión de hacer olvidar el inolvidable legado de Monchi. El arranque del nuevo 'remake' al que se somete anualmente el Sevilla, aun estando activo, muestra una aparente parálisis a la espera de que vayan saliendo y entrando fichas. Dos semanas después de que acabara la Liga en Primera división, sólo se ha concretado el adiós de Sampaoli. La marcha del argenitino se ha complicado más de lo esperado y la llegada de su compatriota, el ´Toto´ Berizzo, también. El tira y afloja económico entre las partes está frenando la puesta en marcha de la que se espera sea, con sus muchos matices, una línea continuista.
Berizzo debe suponer
el pistoletazo de salida para que Arias pueda centrarse en finiquitar todo lo demás, que es mucho. Las posibles ventas -de
Vitolo, N´Zonzi o cualquier otro jugador por el que llegue una oferta fuera de mercado-; las cesiones -de
David Soria, por ejemplo, por quien suspira el Deportivo, según desvela ED-; la renovación o venta de
Mariano, con equipos interesados en él y con un único año de contrato; la continuidad o no de
Jovetic, que ha convencido a gran parte de la afición; las oportunidades a futbolistas del filial -
Borja Lasso, Marc Gual, Diego, Pozo...-; y, sobre todo, los posibles fichajes de
Nolito -o cesión con opción de compra-, o de alguno de los muchos nombres que se vinculan al Sevilla: el joven
Moussa Dembélé (Celtic, 20 años, 32 goles), el internacional polaco
Lukasz Teodorczyk (Anderlecht, 25 años, 'Pichichi' belga, con 22 goles) o el belga
Jelle Vossen (Brujas, 28 años, 16 tantos).
Arias tiene el listón muy alto, especialmente en la búsqueda
de un gran goleador que se ajuste al presupuesto del Sevilla. Y Pepe Castro volverá a poner el dinero en el campo. Mantiene su filosofía. No le queda otra opción sabiendo que tiene opositores con ganas de arrebatarle el cargo. Nada nuevo en una permanente guerra fría. Ya intentaron moverle el sillón tras su primer mandato, a pesar de que acababa de guardar en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán la primera de sus tres copas de la UEFA Europa League consecutivas. Dinero para fichar, acertar fichando... y seguir ganando,
la única fórmula para la estabilidad. Realmente, la única aplicable en cualquier club con tan fuerte respaldo social y con tantas expectativas creadas.
Joaquín Adorna
