El parecido del Betis con la vida de Paco

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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El parecido del Betis con la vida de Paco
- Joaquín Adorna
Uno de los objetivos de toda campaña publicitaria debe ser captar la atención del receptor. Que el mensaje genere una reacción en quien lo recibe y éste lo comparta participando en un efecto multiplicador en la difusión. Que el vídeo se convierta en viral, por llevarlo al nuevo lenguaje digital. Que la imagen adquiera una mayor visibilidad rodando en cascada por las redes sociales, aunque llegue deformada o convertida en 'meme'; aunque pierda la condición inicial con la que fue creada y adquiera una nueva finalidad satírica o burlona. La campaña de abonos del Betis para la temporada 2017/2018, desde luego, ha logrado ese objetivo primario. No ha dejado indiferente a nadie. A unos béticos gusta y a otros, no.

Dudo mucho que el éxito o el fracaso de una campaña de abonados influya directamente en que un aficionado decida sacarse o no el carnet porque, en general, casi todas apelan a la fibra sensible, a la pasión, al sentimiento... al vínculo emocional entre el seguidor y su equipo. Afecta muchísimo más el precio o la situación laboral y económica de quien va a renovar o va a hacerse socio por primera vez. Ahora bien, un buen eslogan, 'La vida es lo que más se parece al Betis. Siempre hay una razón para vivirla', ha estado muy por encima del contenido con el que se ha querido transmitir.

La indiscutible fidelidad de la afición del Betis, la ilusión por reverdecer viejos laureles, la entrega incondicional se desvirtúan y se asocian al conformismo. No hay en el lenguaje la más mínima intención de provocar el giro, el deseado cambio en los hechos que los béticos están demandando en el sino del Betis. La valentía del lema del pasado año, 'No hay palabras, sólo hechos', ha dado paso al dibujo de un cuadro inmovilista, sin atisbo de acción, sin mostrar en ningún caso la rebeldía que llevan dentro los béticos que exigen éxitos.

Más que el victimismo o el derrotismo del que han hablado algunos, el anuncio de la campaña proyecta, sobre todo, resignación a una vida plagada de desgracias, a un destino marcado por el infortunio al que Paco ha hecho frente luchando y "trabajando, siempre trabajando". El bético demanda un paso más: luchar para disfrutar de un presente con más sonrisas que lágrimas. El bético quiere ver a Paco, tras una vida que no ha sido fácil, disfrutando de su momento, tocándole la lotería; recibiendo la inesperada herencia que forjaron sus padres con tanto esfuerzo; triunfando en su nueva empresa; celebrando un 2-0 sin necesidad de que el rival empate a falta de cinco minutos.

En un vídeo de más de un minuto y medio de duración, los lamentos apenas dejan siete segundos de esperanza y felicidad, y el bético ya no se conforma con eso, pide que se inviertan los porcentajes de tiempo. No tendrá mayor efecto. El spot quedará ahí, circulando por la inmensa y variada autopista digital. Ha dicho Benito Zambrano, director de cine y autor del anuncio, que la campaña se cierra con una segunda parte más optimista. El primer tiempo, desde luego, lo ha perdido el Betis. Se ha equivocado asociando el 'manquepierda' a su peor versión.

   
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