Impulso para crecer; revulsivo para cambiar

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Impulso para crecer; revulsivo para cambiar
- Joaquín Adorna (@JoaquinAdornaED)
No ha sido un derbi más. Aunque el resultado no tenía más consecuencias que ganar o perder tres puntos ligueros, lo abultado del mismo ha abierto una herida grande en el Sevilla y ha supuesto un estímulo importante en el Betis. Sobre los dirigentes béticos y muy especialmente sobre el vicepresidente deportivo, Serra Ferrer, recae ahora la responsabilidad de hacer rentable en el inminente futuro la histórica ´manita´ lograda en Nervión; y deben ser el presidente sevillista, Pepe Castro, y su director deportivo, Óscar Arias, los encargados de administrar la dolorosa derrota para activar la reacción que se buscaba con la llegada de Montella.

Tras las lógicas horas de celebración, en el Betis toca centrarse en los retoques de una plantilla con un amplio margen de mejora, así como en pulsar las teclas necesarias para mantener el mismo nivel de motivación y espíritu competitivo ante el Leganés. Ganar en el Bernabéu o hacerlo en el Sánchez-Pizjuán suponen hitos para la historia, pero tras la bochornosa eliminación copera, la temporada sólo se salva subiendo el nivel de exigencia.

El Betis ya encontró el camino idóneo ante el Madrid, y se ha reencontrado con su idea en el derbi, pero de nada sirven inyecciones de moral y autoestima de ese nivel si no tienen continuidad en el tiempo. El triunfo ante el Sevilla multiplicará realmente su valor si el Betis supera al Leganés en la próxima cita liguera en el Villamarín o si, al menos, muestra el mismo nivel competitivo en un calendario que se le complica en el arranque de la segunda vuelta: Barça, Villarreal y Madrid en casa; Celta y Deportivo a domicilio. Hay una plantilla corta, mercado invernal para mejorarla y una única competición en la que luchar por una plaza europea debe ser objetivo de obligado cumplimiento.

Ríe el Betis y sufre un Sevilla plagado de dudas. Alejado de la cuarta plaza, Castro recibe las primeras críticas y, aunque el equipo sigue con vida en LaLiga, Copa y Champions, la sensación de que el plantel está mal configurado es cada vez más generalizada. Con el despido de Berizzo y la llegada de Montella se ha gastado una bala y ya no hay más salida que tapar las carencias reforzando la columna vertebral del equipo con, al menos, tres futbolistas de máximo nivel: un goleador, otro centrocampista y un central.

Calendario sin ´cocos´ (Cádiz en Copa; Alavés, Espanyol, Eibar y Las Palmas fuera; Getafe y Girona en Nervión antes de recibir al Manchester y al Atlético), pero curvas cerradas que ponen a prueba la capacidad de Arias para fichar y la de los dirigentes para gestionar una crisis de la que saldrán reforzados o muy tocados. Dependen, más que nunca, de que entre el balón.
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