Lecciones morales en el postderbi

Nunca tendría que haberse visto el vídeo en el que Adán realiza un cántico ofensivo y lamentable que no merece la pena volver a repetir. Si ya resulta difícil controlar la corrección de la cantidad de contenidos que se generan y se comparten diariamente, se antoja imprudente arriesgarse a emitir en directo la íntima celebración en el autocar del equipo de jóvenes eufóricos después de triunfo que va a quedar para la historia. Habría que haber advertido previamente a todos y cada uno de los que participaban en la fiesta de que salían al aire -en directo- las emociones desbordadas, los gritos y los comentarios, los graciosos... y los desafortunados.

Para los responsables del club debe tratarse de una lección aprendida para próximos eventos. No merece la pena arriesgar. Mejor dejar que fluyan los sentimientos contenidos en la más estricta intimidad, que queden en cocina propia, y ya con tiempo editar la alegría que procede compartir, y censurar actitudes y expresiones nada ejemplarizantes. Conviene tomar conciencia de la trascendencia del caso porque son miles de personas, y entre ellas muchos niños y niñas, las que después imitan los comportamientos de sus ídolos.

Cometido el error, con la correspondiente alarma social que despiertan las redes sociales, Adán tomó el camino más corto y rápido para darle una inmediata solución: pedir disculpas, pedir perdón. Como ocurrió con el comentario de SuperPaco, ahí debe quedar zanjado un affaire que jamás debió llegar a la opinión pública y que no debe generar un derbi paralelo en el que medir la condición humana, la educación o el estilo de unos y otros, de sevillistas o béticos, afrontando celebraciones o derrotas.

Lecciones morales pueden dar los dos, y ninguno. Gestos obscenos, acciones desafortunadas y fallos se han cometido en ambos bandos. Ningún beneficio aportamos a la salud de nuestra convivencia y de nuestra sociedad dando relevancia a errores puntuales y obviando otras muchas reacciones plausibles entre los jugadores del Betis y del Sevilla que, en muchos casos, mantienen una amistad personal postderbi o, cuando menos, una relación cordial y llena de deportividad.