Cuando más falta le hacía al
Betis, después de desperdiciar una ventaja de dos goles volviendo a mostrar una preocupante debilidad defensiva, se produjo el deseado retorno de
Rubén Castro... y de la forma soñada: con un gol que le sirve a su equipo para sumar tres puntos.
Rubén no da margen a la duda. En quince minutos, un cabezazo con el que pudo estrenarse y una pena máxima lanzada con la frialdad de quien está considerado por méritos propios leyenda viva del club.
El
Betis prolongó la fiesta del
derbi y cierra la primera vuelta con buenas sensaciones, demostrando que está obligado a pelear por un puesto europeo y reencontrándose con el triunfo en el
Villamarín, donde no ganaba desde el pasado 21 de octubre (2-0 se impuso entonces al
Alavés; empató después frente a
Getafe y
Girona; y se llevaron los tres puntos de su estadio el Atlético y el Athletic).
La constante apuesta valiente de
Setién necesita mejorar su propuesta en defensa. El liderazgo de
Feddal se echó en falta, aunque
Javi García cumplió con éxito su papel en el eje central. Tener más goles en contra (36) que a favor (33) es un dato que no invita al optimismo. El
Betis casi nunca cierra los partidos, da vida a todos sus rivales y se abona al sufrimiento.
Serra debe acudir ya al mercado para mejorar a un plantel que, al menos, ya puede contar con los goles de
Rubén.