Montella se ha orientado pronto y se ha subido, como si de un sevillista de pura cepa se tratara, al carro de los piques propios del derbi sevillano. En poco más de dos meses, el técnico italiano ha lanzado tres darditos al eterno rival. El primero, cuando el Sevilla le arrebató al
Betis el fichaje de
Miguel Layún: "Cualquier jugador que pudiera elegir entre el
Betis o el
Sevilla preferiría el Sevilla porque juega competiciones europeas", dijo.
El segundo, al indicar que "no existe ninguna posibilidad de que el Betis acabe la Liga por encima del Sevilla". Y el tercero, refiriéndose a la incomodidad de jugarse la temporada en cuatro días ante el
Valencia y el
United: "Estoy muy cómodo, el equipo de tu compañero -apuntando a un periodista al que considera bético- no tiene estos partidos importantes", ha indicado entre risas.
La teoría esgrimida por
Serra Ferrer tras el primero de los tres comentarios, que hay personas dentro del club que le dicen que haga esas afirmaciones, no cuadra. A
Montella, que ya conocía la rivalidad que se iba a encontrar en Sevilla a través de Joaquín, con quien coincidió en la
Fiorentina, le va la guasa y ha tomado una vereda que nada tiene que ver con la política marcada en los últimos años por el
Sevilla que ahora entrena: crecer, ganar títulos y no mirar, ni de reojo, al Betis.
Montella ha abierto la puerta y se entra en un nuevo escenario con sus tres pullitas, pero el escenario lo preside un doloroso y recordado 3-5 en el derbi de ida. Debe tener cuidado, porque lo que él asume con risas y sana normalidad, hay quien lo eleva a altares de radicalidad; y donde él sólo ve ironía, otros intentos de humillar a la otra media parte de la ciudad. Debería quedar ahí, en lo anecdótico y en materia aguda para compartir horas de barra de bar. Así debe ser en una ciudad eternamente hermanada entre béticos y sevillistas.
Montella es muy listo y ya debe saber que donde las dan, las toman. Y hoy su
Sevilla recibe al Valencia, rival por la cuarta plaza; el martes visita al United, jugándose los cuartos en
Champions; y queda un derbi en el Villamarín en la penúltima jornada de
Liga donde puede estar
Europa en juego. La cosa viene con mucha guasa.