Subirse al barco del éxito del Betis

Sin nada que celebrar aún, porque quedan 7 jornadas por disputar -21 puntos- antes de que se concrete la clasificación para Europa y el Betis históricamente ha sido capaz de lo mejor y de lo peor, al menos el club parece haber encontrado -por fin- el camino para crecer deportivamente. Parece, insisto -que diría quien ha sido el motor del cambio-, parece, que en el Betis empiezan a funcionar los pilares que deben instalar -por fin- a la entidad en los méritos deportivos que se esperan para una masa social impresionante en número y lealtad.

Ahora que el balón rueda y, sobre todo, ahora que el balón entra bastante más en la portería ajena que en la propia, hay béticos que señalan a quienes de una u otra forma hemos criticado un proyecto, el actual, que tuvo de una fase crítica en la que el equipo sumó 5 puntos de 24 posibles y quedó eliminado bochornosamente de la Copa -conviene no olvidar el fracaso copero al evaluar toda una temporada-.

En esos momentos complicados, los dirigentes supieron tener la calma suficiente para no precipitarse tomando una drástica decisión, como habría sido destituir a Quique Setién; Serra Ferrer, que ya había construido una plantilla bastante mejor que la de años anteriores, aprovechó el mercado invernal para dar un salto de calidad impresionante a la defensa con el fichaje de Bartra; y Setién ha sabido rectificar la fragilidad de su modelo inicial para cambiar a un dibujo con más equilibrio defensivo -menos vistoso, a veces, pero más efectivo-.

Ha cambiado el viento para la institución y, en este mundo cada vez más dado a las posturas radicales, se intenta pasar factura y señalar a quienes, dicen, quieren subirse ahora al barco del éxito del Betis, el éxito que está por llegar si nada cambia y si se mantienen las constantes vitales actuales. Se apunta a periodistas -nada nuevo bajo el sol- y, lo que es más extraño, a béticos que han manifestado su desacuerdo con lo que veían. Convendría aceptar que también las duras críticas han ayudado a llevar al Betis al puerto en el que hoy se encuentra.