Quique Setién, un detractor reconocido del estilo de
Simeone, se encontrará hoy con su tocayo,
Sánchez Flores, que está mucho más cerca de la idea de juego del argentino que de la suya. De hecho, el entrenador perico viene de frustrar a
Eusebio Sacristán con un férreo enramado táctico basado en destruir el juego combinativo de la
Real Sociedad y que todo apunta a que repetirá ante el
Betis.
Lo primero que hizo el
Espanyol en
Anoeta fue salir con los nombres esperados pero con un dibujo distinto, modificando ligeramente su clásico 1-4-2-3-1 para convertirlo en un 1-4-4-2, con
Baptistao y
Gerard Moreno como referencias,
Jurado y Piatti en bandas y
Javi Fuego y Darder en el doble pivote.
Conscientes de que la
Real, como el
Betis, intenta salir tocando desde atrás,
Quique apostó por una presión alta sobre la salida posicional acompañada de un repliegue muy intenso si el rival logra pasar de la medular.
Así, la profundidad por bandas y la capacidad individual para conducir y romper líneas se antoja fundamental para salir de la jaula que planteará un Espanyol que no vacila si tiene que incrustar a un '5' entre centrales.
Con balón, la consigna de los 'pericos' es muy clara: no complicarse en campo propio y que si el rival recupera la posesión, que sea lo más lejos posible de portería. Buscan casi siempre un fútbol rápido, con la velocidad de
Piatti y la zancada de un
Baptistao que pasa por un gran momento, y directo, con balones a un Gerard Moreno que las pelea todas y va muy bien de cabeza.