La Real Sociedad
no vive su mejor momento en LaLiga. Cierto es que comenzó como líder de la competición después de vencer con autoridad los tres primeros encuentros, pero los reveses sufridos ante
Real Madrid, Levante y Valencia han hecho que los de Eusebio Sacristán atraviesen
una minicrisis de resultados.
Porque el bache se queda ahí, en los marcadores, puesto que el conjunto guipuzcoano
es fiel a su idea de juego, el cual lleva implantando Eusebio desde que llegó hace dos campañas, basado en
la posesión, el toque, los apoyos y la verticalidad en los últimos metros.
Fundamental en este esquema es
Asier Illarramendi, el dueño de la medular. A partir de él inicia y acaba todo. El de Mutriku da el primer paso, enlazando con
Zurutuza, Xabi Prieto y Oyarzabal, los cuales se ocupan de generar las ocasiones. El juego entre líneas de los ‘txuri urdin’ es peligroso y la zaga rival tiene que estar atento a ello para no tener problemas, puesto que en la punta aguardan
Willian José y Juanmi Jiménez, dos delanteros de estilos opuestos pero que se complementan a la perfección para hacer daño. Las subidas de los laterales son otro factor a vigilar, ya que tanto
Odriozola como
Kévin se incorporan desde atrás, rompiendo los esquemas de las defensas.
Precisamente esa parte del equipo es la más débil de los donostiarras.
Azotados por las lesiones, los de Eusebio carecen de seguridad y contundencia atrás pero tienen un gran guardameta, un
Gerónimo Rulli que, en ocasiones, se descentra y comete errores que cuestan goles.