Estadio Deportivo3 min lecturaMadrid, 7 abr (EFE).- El Movistar Estudiantes tendrá que bajar de la nube a la que ascendió la pasada jornada tras ganar en el Palau al Barcelona y bajar a la tierra para intentar confirmar esa victoria con otra ante los hombres de negro del Retabet Bilbao, que se juegan su futuro.
Los colegiales casi tocaron el cielo de la mano de un Sylven Landesberg desatado y tocado por alguna varita mágica. Pero todo eso ya es historia y ahora hay que bajar a las trincheras para lidiar con los hombres de negro que llegan en apuros clasificatorios.
Salva Maldonado parece que podrá contar con todos sus jugadores, toda vez que el técnico confió en la vuelta de Shasa Cvetkovic que parece haber superado sus problemas en el dedo.
"Las grandes victorias algo debilitan, de eso no hay duda, dan confianza en algunos aspectos pero pierdes la concentración y valoras menos sin querer al rival", advirtió el entrenador colegial en sus declaraciones de la previa.
"Allí nos ganaron. Tabú, Mumbrú, Todorovic, si juega, y Hervelle son los termómetros del equipo. Tenemos que estar preparados y esperar un Bilbao al mejor nivel", añadió.
Las defensa colegial volverá a ser fundamental ante un equipo que es el peor de la Liga en rebotes y en el que la batalla principal puede estar en el lanzamiento exterior, con Landesberg y Mumbrú como puntas de lanza de sus equipos.
Los bilbaínos sólo han ganado uno de sus nueve últimos partidos y sólo dos de los doce partidos que han jugado como visitantes, pero Estudiantes ha dejado escapar cinco victorias en Madrid.
Estudiantes, a tres victorias del playoff y a cuatro del descenso, quiere volver a mirar hacia arriba, pero se enfrenta a un equipo con experiencia, veteranía y saber hacer que se encuentra en una más que peligrosa posición.
Los problemas económicos están ahogando a los vascos, pero cuando el balón sale de las manos del árbitro en el salto inicial todo se olvida y sólo cuenta el baloncesto de unos y otros.