La clave del deporte, en la mayoría de las ocasiones, reside en no rendirse nunca. Seguir intentándolo hasta el final porque en muchas ocasiones, más tarde o más temprano, la recompensa llega, si no que le pregunten a
Andre Ingram, que en la noche de ayer debutó en la
NBA con
32 años.
Tras
10 años en la
G-League y una breve aventura en la liga australiana de baloncesto, Ingram tuvo ayer la oportunidad de cumplir su sueño. Ayer, el joven entrenador del conjunto angelino,
Luke Walton, decidió contar con el veterano pero novato Ingram.
Las numerosas
lesiones que los Lakers presentan en este final de temporada facilitaron que el veterano jugador tuviera la oportunidad de debutar en la NBA. Además, era el último partido de la fase regular para los californianos, además del último de la temporada, puesto que los Lakers no han conseguido clasificarse para los
Playoffs. El encuentro, por tanto, era un mero trámite.
A pesar de eso, era un día especial para Ingram y eso se vio sobre la cancha. Cuando el escolta recibió un balón de
Travis Wear nada más entrar en la cancha se atrevió con un
triple que no solo entró, sino que levantó a todo el público del
Staples Center. Con eso no tuvo bastante.
Casi en la siguiente jugada, Ingram volvió a recibir un balón desde el perímetro, esta vez cedido por
Frye, que volvió a convertir en un tiro de tres puntos. Ingram estaba desatado y lo demostraba cada vez que cogía el balón. Minutos después hizo una gran penetración ante el imponente
Capela que acabó en una canasta de dos.
Ingram estuvo muy activo durante los minutos que estuvo en cancha. Encestador, asistente, recuperador, participó en todo lo que pudo. Terminó el partido con
19 puntos y cuatro de cinco en triples, además de conseguir un
46'1% de acierto de cara a la canasta. Unos datos increíbles teniendo en cuenta que era un debutante.
Finalmente, la gran actuación de Ingram no sirvió para que los Lakers consiguieran la victoria, cayeron
105-99, aunque ayer parecía que eso era lo de menos.
Ingram, nacido en
Virginia, comenzó a jugar en 2007 en la G-League, la llamada liga de desarrollo de la NBA. Tras un periplo de cuatro años en los
Utah Flash llegó a los
Lakers D-Fenders, donde jugó otros cuatro años. Al no mostrar el nivel necesario para debutar en la NBA, Ingram tuvo que marcharse a la liga australiana, fichando por el
Perth Wildcats en 2016.
En 2017 volvió a los Lakers D-Fenders como previo paso a los
South Bay Lakers. Ahí ha estado jugando hasta que el 10 de abril firmó un contrato de
10 días con
Los Ángeles Lakers, que le han permitido cumplir su sueño de jugar en la NBA.