Alberto Contador regresa con optimismo este domingo a la competición con motivo de la
París-Niza, la carrera que le destapó como ciclista, "especial" para el corredor madrileño, ya que fue el vencedor en dos ocasiones (2007 y 2010).
Desde su debut en el
Algarve hace quince días, el ciclista del
Tinkoff intenta dar más intensidad a los entrenamientos y más ritmo a las piernas, ya pensando en su próximo compromiso en la "carrera del sol", donde corrió por última vez en 2010. "Vuelvo a la carrera que me destapó como ciclista, en 2007, y que de alguna forma fue el trampolín para el Tour de Francia", ha señalado.
Contador explica que la "París-Niza es una carrera especial y que siempre se me ha dado bien. Es,además, una prueba muy importante para la preparación porque te da ritmo y una buena base para el resto del año. Como contrapartida, es también una carrera complicada por los muchos rivales, por el recorrido y por la climatología".
Del recorrido de este año lo que más destaca es que es "uno de los más duros que recuerdo, muy montañoso, pero que por otro lado empieza con un prólogo llano y nada técnico, muy apto para los especialistas".
El doble vencedor del
Tour y triple de la
Vuelta echa de menos la contrarreloj en el
Col d'Eze que nunca ha podido disputar, pero a cambio tiene dos finales en alto, "uno más para gente de peso y otro para escaladores".
El líder del
Tinkoff llega a la línea de salida con la misma idea que al
Algarve portugués. "Quiero hacer este primer bloque de la temporada todo bien, pero es cierto que París-Niza es una prueba del máximo nivel que a todo el mundo le gusta ganar, aunque es muy exigente por el nivel de los rivales y lo difícil que es de controlar", indica.
Alberto Contador destaca el buen comienzo del equipo
Tinkoff. "Los resultados han empezado a llegar desde el principio en un año muy especial para nosotros, ya que será el último de Oleg Tinkov al frente", concluye.
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