El británico Chris Froome, que este domingo ganó su
cuarto Tour de Francia, aseguró sentirse "
privilegiado" de estar cerca de los quíntuples ganadores, los franceses
Jacques Anquetil y
Bernard Hinault, el belga
Eddy Merckx y el español
Miguel Indurain. "Cada día la batalla ha sido diferente en el Tour. Todas las victorias son particulares. De éste me acordaré porque ha sido
la más ajustada", aseguró el corredor del Sky tras cruzar la meta final de los Campos Elíseos.
Froome, que superó por
54 segundos al colombiano
Rigoberto Urán, del Cannondale, y por dos minutos y 20 segundos al francés
Romain Bardet, del AG2R, aseguró sentirse "privilegiado de estar en posición de poder" igualar a "campeones como Anquetil, Merckx, Hinault o Indurain". El británico, que ha ganado
los tres últimos Tours, además del de 2013, se mostró encantado de celebrar este nuevo éxito con la "magia" de los Campos Elíseos. "Es una auténtica recompensa que no decepciona nunca. Me he encontrado con mi mujer y con mi hijo, es algo extraordinario", señaló Froome.
Por parte de su compañero de equipo, el español
Mikel Landa, cuarto del Tour
a menos de un segundo del tercer puesto del podio, calificó de "satisfactoria" la experiencia de llegar a París con el ganador en su equipo y expresó sus deseos de "
volver el año que viene con el maillot amarillo" en su espalda: "Vamos a ver qué pasa con mi equipo para el año que viene, todavía no hay nada decidido. Ojalá vuelva de amarillo a París el año que viene, sería muy bonito".
Landa recordó la dureza del Tour a lo largo de tres semanas, pero "
llegar a París es muy emocionante, sobre todo con el maillot amarillo en el equipo". Sobre su duelo con el francés Romain Bardet, quien le arrebató el tercer escalón del podio por menos de un segundo, se lo tomó con humor: "¿Saltar para sorprender a Bardet?. Si, podría haber saltado para atrás", dijo en tono irónico, pero admitió que hubo marcaje entre ellos.